Rock: La Armada Cósmica y Rencore

Con la misma velocidad y urgencia que destila su música -una combinación de rock de garaje, melodías grunge, punk rock y brit pop- creció La Armada Cósmica: se formó en febrero de 2012 y hoy ya tiene su disco debut en la calle, el sorprendente Budapest, un collage de canciones urgentes y eléctricas, que tienen los elementos suficientes como para prestarle la debida atención: ojo, no estamos ante la "gran banda nueva" pero sí ante un cuarteto capitalino que, pese a estar conformado por jóvenes que hace poco dejaron la adolescencia, demuestra tener los pies bien afirmados sobre la tierra y saber lo que quieren. De hecho y antes de la salida del disco, generaron su propio ámbito de expresión artística (el exitoso ciclo Fiesta Cómica, que se lleva a cabo en La Cigalle) para desde el under hacerse conocer con el "boca a boca" como método de difusión. Formado por Daland Gutiérrez (nacido Alan Nicolás Gutiérrez Testa e hijo de Juanse), en guitarra y voz; Félix Bechini; en guitarra y coros; Luke Frías, en batería y María de la Paz Miranda, en bajo, el cuarteto logró en su primer álbum un sonido agresivo pero sin perder el buen gusto y una identidad que se mantiene en todos los estilos que abarcan su música. Desde el rock de garaje de temas como Terremoto, Chupan el Cable (el momento más "heavy" del disco), Sabe tu Mente y Botón, pasando por el brit pop, onda Oasis, de Flowers & Powers (uno de los dos temas cantados en inglés; el otro es Say Hello Madame) y La Isla Maciel; el punk rock de Revolcarse y hasta cierto aire psicodélico que se desprende en El Galáctico Noticiero de Robert Plant, todo suena a La Banda Cósmica. Con un frontman que toca la guitarra como si tuviera 20 años de carrera y con un caudal de voz que le permite lucirse al momento de dar los tonos más agudos como cuando baja un cambio, Budapest es una excelente carta de presentación; un aire fresco para un rock argento que no deja de sacar buenos y renovados proyectos.

Rencore y el metal más puro

Para algunos hacen nu metal; para otros metal alternativo; en su propio espacio de la red social Facebook los miembros de Rencore son más directos y definen lo suyo como "metal, metal, metal y metal"; así de simple y así de concreto como suenan en Sanarás, su segundo trabajo producido por el trío Carajo el que supo moldear como una fina estatua las buenas condiciones de los cuatro músicos que integran la banda y sacar el mejor provecho de la voz (puede ser gutural por momentos y cálida y cristalina en otros y siempre suena bien) y la guitarra de Javier Oliveto; de las buenas melodías que se desprenden de las canciones y de la poderosa base donde descansa buena parte del secreto de la banda: el bajo de Luciano Cosentino y la batería de ese pulpo humano llamado Leonardo Pérez. Los tres más Ariel Castro, en guitarras y arreglos, conforman este cuarteto nacido en el Oeste de Buenos Aires que en su segundo trabajo no disimula las influencias de bandas como Korn, Metallica y Pantera, entre otras, pero le pone su propio condimento para seguir levantando las banderas de un estilo que no siempre sorprende con cosas nuevas. En Sanarás salvo la hipnótica intro instrumental y las dos ¿baladas power? "Para Siempre" y "Así será", el resto es puro metal, sin trucos de estudio ni sofisticados arreglos; son cuatro músicos en estado puro sonando lo más fuerte posible y dejando el alma en cada canción. Lo presentan mañana, a las 21, en Uniclub, reducto rockero de Guardia Vieja al 3300.