El Síndrome de Alienación Parental o SAP es un conjunto de síntomas que se produce en los hijos cuando uno de los dos padres, mediante distintas estrategias, manipula para transformar la conciencia de los hijos con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor.

Este proceso se reconoce como una dinámica patológica en algunas familias divorciadas. Sin embargo, la existencia de este síndrome no ha sido aceptada aún por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la Asociación Americana de Psiquiatría, de momento.

Habitualmente, este fenómeno está desencadenado por uno de los progenitores respecto al otro, tras un proceso de divorcio o separación. También puede estar provocado por una persona distinta del custodio del menor (la nueva pareja, uno de los abuelos, un tío, etc). Incluso, se han observado casos dentro de parejas que mantienen su vínculo, aunque son menos frecuentes.

El progenitor alienador desarrolla un mensaje y un programa en los hijos, que normalmente se denomina "lavado de cerebro". Los hijos que sufren este síndrome desarrollan un odio patológico e injustificado hacia el progenitor alienado, que tiene consecuencias devastadoras en el desarrollo físico y psicológico de éstos. Otras veces, sin llegar a sentir odio, el SAP provoca en los hijos un deterioro de la imagen que tienen del progenitor alienado, resultando de mucho menos valor sentimental o social que la que cualquier niño tiene y necesita de sus progenitores, es decir, no se sienten orgullosos de su padre o de su madre como los demás niños.

Diagnóstico del SAP

El Síndrome de Alienación Parental está considerado como una forma de maltrato infantil. Sin embargo, por los casos de maltrato (incluyendo casos de abusos) en los que judicialmente se ha alegado SAP para desacreditar el testimonio de la madre y de sus hijos víctimas de abusos, existe una resistencia por parte de los profesionales. Por eso el diagnóstico diferencial del Síndrome de Alienación Parental requiere que no exista maltrato previo, psicológico o físico, a la madre y los hijos, por parte del progenitor alienado.

Estos son algunos indicadores típicos que permitirían detectar si existen síntomas del Síndrome de Alienación Parental con maltrato:

·         Insultar o desvalorizar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo cuestiones de pareja que no tienen nada que ver con el vínculo parental.

·         Impedir derecho de convivencia con sus hijos al otro progenitor.

·         Implicar al entorno familiar y a amigos en ataques al ex cónyuge.

·         Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.

·         Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor (basta con que los niños vean que esa actitud hace feliz a la madre o al padre, para ofrecer su dolor y así reconfortar al adulto alienador).

·         Influir en los niños con mentiras del otro incluso, asustándolos.

En los niños, el Síndrome de Alienación Parental puede detectarse cuando intentan justificar el rechazo con explicaciones o razones absurdas e incoherentes. En ocasiones usan diálogos o frases propias de su progenitor alienador, o comentarios impropios de su edad.

La existencia del rechazo a uno de los progenitores va a suponer la aparición de conflictos en el desarrollo del régimen de visitas. Ante esta situación, uno de los dos progenitores, el rechazado, pone en conocimiento del órgano judicial la situación, lo que producirá un aumento del rechazo. Con el SAP en contacto con el sistema legal se convierte en Síndrome Jurídico Familiar, donde se desencadenan acusaciones y acciones, que hacen que la instancia judicial se convierta en escenario del problema.

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