Actuales e históricos pilotos, ex compañeros del equipo Marussia y familiares más íntimos se reunieron en el funeral de Jules Bianchi para darle el último adiós, en Niza, Francia.
El joven francés que murió en la noche del viernes, tras pasar nueve meses en coma después de su accidente en el Gran Premio de Japón.
Bianchi, que era señalado como una verdadera joya para la categoría, hubiera cumplido 26 años el 3 de agosto, y hubiera sido parte del prestigioso equipo italiano, Ferrari.
En la ceremonia estuvieron presentes Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, que pudo haber compartido equipo en Ferrari; Romain Grosjean, el brasileño Felipe Massa, Alain Prost y Nico Rosberg, que desfilaron con mucha angustia alrededor del ataúd, que tuvo el casco de Bianchi como homenaje.
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Jean Todt y el Secretario de Estado de Deportes, Thierry Braillard, también presenciaron el funeral.
"La muerte de Jules (Bianchi) es profundamente injusta", el sacerdote Sylvain Brison. ""l fue feliz, porque su sueño se hizo realidad". Las carreras de coche "eran su vida, su vocación. Era un campeón dotado de un talento fuera de lo común, pero también un joven con una extraordinaria humildad".