El City Center de Rosario, donde funciona el mega casino, está alborotado, a los habituales visitantes a la "rula", se agregaron los intrépidos del Dakar. Hay autos raros, motos que derrochan tecnología, cuatriciclos e imponentes camiones, objetivos de fotos y fotos que se multiplicarán mañana en el Monumento a la Bandera cuando arranque oficialmente.
En el sendero entre el hotel y la playa de estacionamiento donde se efectúan las verificaciones técnicas, Diario Popular se encontró con Marcos Patronelli, "Mr Dakar argentino". El de Las Flores pasó de un empresario exitoso (su familia fabrica conocidos acoplados) a un personaje muy conocido, todo por obra y gracia del Dakar desde 2009.
-¿Será este de 2014 tu último Dakar?
-Je, no lo sé. Este año pensé que no corría, pero hubo muchos que me apoyaron, la gente de Yamaha me respaldó y acá estoy, con las mismas ganas del primer año, a mí lo que me gusta es correr con el cuatri y además siento el cariño de la gente, algo espectacular.
-¿De qué dependerá tu decisión de continuar?
-Veremos cuando termine todo, con mi hermano Alejandro estamos muy abocados a la empresa, y se hace complicado prepararse para el Dakar.
-¿Sos consciente que has ganado todo, y que ahora podés correr a "pérdida"?
-Jajá... Puede ser, pero estoy muy tranquilo y feliz, sé que ya dí todo en el Dakar, gané, fui protagonista, no tengo que demostrar nada a nadie, ¿no te parece?
-Los Patronelli son sinónimos de cuatriciclos en el Dakar, alguna vez deslizaste la posibilidad de correr un auto con tu hermano. ¿En qué quedó esa historia?
-Lo hemos hablado varias veces con Alejandro. Es más, hace poco; le dije 'por qué no armamos un auto nosotros y corremos el año que viene'. Pero bueno, te repito, habrá que ver el balance de este Dakar.