Se desvaneció pronto la versión "oficial" de que Heiland subió al ring a enfrentar a Charlo sin ninguna molestia, como se aseguró. Hay pruebas que demuestran lo contrario. ¿Pero fue una mala decisión, o es entendible? ¿Era necesario ocultarlo ante la evidencia? El Gauchito luchó por un sueño irrealizable desde el vamos, paradójicamente por decisiones propias

Todos vimos que al “Gauchito de Pigüé”, Sebastián Heiland, le costaba desplazarse con naturalidad desde el primer momento de su pelea frente al yanqui Jermall Charlo del sábado pasado en el Barclays Center de New York, donde estaba en juego la eliminatoria mundialista al título mediano del CMB, que perdió por KOT 4.

Vimos que salió de su rincón como pisando huevos, lo que se fue haciendo más evidente segundo a segundo. Las piernas rígidas, en especial la izquierda, que parecía de palo.

No se notó ninguna torsión, ni gesto en particular de dolor. Le entraron algunas manos prontamente.

Nunca tuvo buena defensa –directamente, no tiene-. Le costaba la traslación y el negro era a su vez más rápido y preciso.

Las caídas del 2º, y más aún, la del 4º, denunciaron falta de sustentación y equilibrio. Hasta entonces, muchos temimos que no proviniera de las piernas, sino de algún daño cerebral, neurológico-motriz, proveniente del sistema nervioso.

Lo mismo habrá pensado el árbitro Benjy Esteves Jr, quien llamó al médico de turno. Seguramente éste coincidió con todos, porque le revisó las pupilas, y obviamente también las piernas (rodillas) con maniobras de rutina para detectar alguna lesión ligamentaria que no saltó, o Heiland supo esconder.

En el rincón del Gauchito, sin embargo, jamás se escuchó ni observó que le preguntaran nada al respecto, ni qué tenía, ni por qué rengueaba, o si le pasaba algo en la pierna. Ni se las masajearon. Como que ignoraron el problema, o lo minimizaron. Se escuchó apenas decir: “no te dejes pegar”.

El rincón tampoco se apiadó parando el combate, aunque la excusa sea que en NY no se puede tirar la toalla. Pamplinas. Abandonar se puede en todas partes del mundo, sea cual sea la forma de hacerlo.

Con una caída encima, recibiendo castigo con el único objetivo de guapear y sostenerse en pie hasta quién sabe cuándo, sin posibilidades de victoria, ya que le costaba afirmarse para pegar una mano, sobraban motivos para el abandono.

Pero tuvo que pararla el árbitro en la caída del 4º, máxime cuando vio que Heiland casi que ni podía erguirse, y cuando lo hizo se fue para atrás.

Parecían más preocupados los demás -incluso el propio Charlo- que el rincón de Heiland, no por desaprensión o desidia, ya que uno de ellos era su suegro, sino porque parecían estar un paso más allá que el resto y saber lo que los demás ignorábamos. Como que era algo acordado.

Eso fue lo que observamos algunos, o muchos.

Su mánager, Sebastián Contursi, en diálogo vía Twitter con DIARIO POPULAR, dijo que el Gauchito contó que sintió una torcedura de rodilla ni bien empezó el 1º round, algo que nadie observó. Y puede repasarse el video a ver si se descubre cualquier detalle alusivo.

Contursi afirma que previo al combate el rionegrino estaba bien. Que jamás se quejó de nada y que –que él supiera- no tenía ninguna molestia, ni dolor, ni problema antes del match ni en los entrenamientos, ya que hubo comentarios de que antes de viajar le diagnosticaron un síndrome ciático.

Contursi lo negó. ¿De ser así lo hubiera confesado?

La cuestión es que no lo hizo.

Puso como paraguas que la Comisión Atlética de New York, que es la más exigente de los Estados Unidos –quizás del mundo- le hizo “20 mil controles”, y no le detectó nada.

Sí en cambio tras el combate, en el hospital neoyorquino Lutheran, el Dr. Brian Rice diagnosticó “esguince severo de rodilla izquierda con posible rotura de ligamento cruzado”.

Sin embargo, esta es la foto antes de la pelea, donde se ve una cinta alrededor de su rodilla izquierda.

Sebastián Heiland

Muchos aseguraron que ya en el pesaje el Gauchito mostró síntomas de que le costaba caminar, e incluso subir las escaleras.

Este es el video del pesaje. Obsérvese –al comienzo- cuando sube las escaleras, cómo trastabilla cuando afirma la izquierda y se agarra de un colaborador.

El pesaje de Heiland

Quizás la lesión estaba en ciernes, y se agravó en la lucha. Nadie dice que haya subido ya con los cruzados rotos.

Como para refrendar todo, al final del combate, el periodista de la TV yanqui Jim Gray, al conversar con Charlo le comentó que el argentino subía al ring con una cinta apretada en su rodilla, y un comisionado se la hizo sacar. ¿No lo vieron eso en el Team Maidana? ¿Por qué no lo comentó? ¿Y la exigente Comisión neoyorquina? ¿Se le escapó la tortuga?

Entrevista a Charlo tras la pelea

Las mentiras pueden ser entendibles a veces, pero siempre tienen patas cortas. Y si bien algunas son piadosas, con el fin de proteger males peores, descubrirlas agrava el cuadro.

Obviamente, la razón de la misma obedeció a querer preservar que Heiland, Nº 1 del CMB, sólo fue a pelear por la bolsa de 200.000 U$ -Charlo que era el Nº 2, cobró 350.000-, sin chances deportivas. ¿Tan imperdonable era reconocer esto? ¿Tan inentendible como para querer ocultar lo inocultable?

No será la primera ni la última vez que pase. Se cuenta que ya el propio Firpo subió al ring a pelear contra Dempsey con el húmero izquierdo fisurado.

Recuérdese además que hace casi dos años, estando 1º en el CMB, sin necesidad de hacer eliminatoria alguna al Gauchito le habían ofrecido 250.000 U$ para pelear contra Golovkin o Cotto directamente por el título, y los rechazó porque le pareció poca plata. ¿Se iba a perder 2 años después -en que estuvo prácticamente parado-, una oportunidad como ésta?

Tanto elegir, en vez de contra GGG al final perdió contra Charlo por menos plata y sin la chance directa. A veces lo óptimo es enemigo de lo bueno.

Seguramente era baja la bolsa de 250.000 para enfrentar a Golovkin, pero es sabio en la vida analizar momentos y para qué está cada cual. ¿Estaba Heiland, o cualquier otro púgil argentino, en condiciones como para dar semejante salto exigiendo pretensiones económicas?

Hoy incluso una revancha con Charlo se ve alejada, y más una pelea ante GGG, o Canelo. También suena quimérico su Nº 1 en el ránking CMB, con los monstruos existentes. Pero cada quien es artífice de su propio destino.

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