Quizá la primera reflexión que se me ocurrió al ver Obsesión es que manche, de alguna manera, la buena fama de otro film que lleva el mismo título original (Serenity) y que sirvió como complemento de la excelente serie de ciencia Firefly (2002), creada por Joss Whedon (The Avengers).
Pero ocurre que al director Steven Knight le cancelaron el guión de la secuela de Guerra Mundial Z(World War Z) por eso decidió vengarse del mundo del cine pergeñando esta historia que atrapa desde un comienzo pero termina bien en el fondo del mar que navega el protagonista.
La historia se centra en “Baker Dill” (Matthew McConaughey), un capitán de barco pesquero, que se gana la vida llevando a los turistas en excursiones de pesca en el ‘Serenity’, y que mantiene una inexplicable obsesión mobydickiana por atrapar a un gigantesco atún al que bautizó “Justicia”.
Esta compulsión lo lleva por el mal camino, ya que es capaz de suspender un tour por atrapar al pez, y eso lo pone en constante conflicto con su empleado Duke (Djimon Hounsou), el único habitante de la isla de Plymouth que lo soporta.
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De esta manera, el marino suele ahogar sus penas en el alcohol del bar local, y en los brazos de la misteriosa Constance (Diane Lane), pero nada de eso lo ayuda a escapar de un oscuro y tráfico pasado.
Pero un día, surge de la nada su ex esposa Karen (Anne Hathaway), quien lo abandonó hace años por el adinerado Frank (Jason Clarke) , y le hace una inescrupulosa propuesta para que la ayude a asesinar a su actual marido a cambio de una abultada suma.
Ocurre que Karen sufre violencia de género, y el hijo que tuvo con Baker sufre el daño colateral al convertirse en un niño introvertido que pasa todo su tiempo jugando videojuegos.
Si bien la historia del film no es muy original que digamos, es quizá el desarrollo de la trama lo que llama la atención es que lleva la firma de Knight, un respetado guionista, que ha creado la aclamada serie Peaky Blinders y que ha escrito los guiones de Negocios Entrañables(Dirty Pretty Things, 2002), de Stephen Frears, Promesas del Este(Eastern Promises, 2007), de David Cronenberg; o Locke(2013), que él mismo dirigió. Si hilamos más fino, hasta se le podría tomar como “aprobados” los guiones de Una Buena Receta(Burnt, 2015) y Aliados(Allied, 2016) con Brad Pitt y Marion Cotillard.
Pero lo cierto es que el guión, si bien es atractivo en los primeros minutos por las referenciaas abiertas (yo diría a la intemperie) al cine noir, de pronto se tornan en una suerte de homenaje (póngale) a Matrix(The Matrix, 1999) y el agua comienza a entrar por la grieta como en el Titanic.
De ahí en más, la situación se torna tan inverosímil que el bote ya es imposible de reflotar y a cada minuto la situación se torna más desesperante, al borde del naufragio total.
Es todavía un misterio si todo el reparto de esta película (algunos de ellos ganadores del Oscar) ha logrado leer el guión antes de comenzar a filmar o directamente dieron el sí al enterarse de quién iba a estar a cargo del proyecto, algo que lleva a poner en la picota el sistema hollywoodense de producción de películas ya que cualquier ejecutivo -de esos que suelen ponerle trabas a consagrados directores cuando se corren medio centímetro del presupuesto- podría haber intervenido para evitar esta debacle.
De esta manera, Obsesión, que comienza como un thriller noir, sigue como uno erótico y termina en la ciencia ficción de revistas de computación, termina bien en el fondo del mar, con el pescado podrido.
Ficha técnica:
Obsesión (Serenity, Estados Unidos/2019). Guión y dirección: Steven Knight. Elenco: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jason Clarke, Diane Lane, Djimon Hounsou y Jeremy Strong. Fotografía: Jess Hall. Edición: Laura Jennings. Música: Benjamin Wallfisch. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 106 minutos. Apta para mayores de 16 años.