Diego Chaves (66,650) lo hizo rápido. Con triple caída obtuvo un automático nocaut técnico en el 1º round ante el colombiano José Mosquera (66,600) y conservó así su título OMB latino welter el sábado por la noche, en una de las pocas actividades deportivas que se llevaron a cabo en nuestro país, y que tuvo lugar en el estadio del club atlético Vélez Sársfield, donde La Joya jugó hasta la 4º división.
Sendos directos de derecha derribaron al colombiano una y otra vez -la segunda en forma electrizante que pareció ser definitiva-. Pero cuando todos pensaban que iría por la estocada final, el bonaerense dio un paso atrás y comenzó a regular esperando, ya sea por estrategia, por saber que aún le quedaba mucho tiempo por delante, o por temor a una contra.
Sin embargo, al primer contacto visible que se dio luego, que fue un gancho zurdo a la zona hepática que no pareció tan eficaz por no agarrarlo afirmado, el colombiano tras breves segundos puso rodilla en tierra, perdiendo por KOT 1 sin necesidad de cuenta por parte del árbitro Jorge Basile, dado la regla de las tres caídas en una vuelta que impera aquí.
A Mosquera lo vendieron correctamente como representante olímpico en Atenas 2004, es decir, hace 6 años, donde perdió por RSC por acumulación de castigo (30 a 10) ante el yanqui Vicente Escobedo. Lo que no se dijo es que por entonces Mosquera era ligero, con tope en 60 kg. El sábado enfrentó a Chaves dos categorías por encima (en welter), y su falta de condición atlética era visible hasta para un neófito.
Lo llamativamente extraño es que Mosquera haya debutado como profesional recién en junio de 2009, hace poco más de un año. Conjeturas puede haber varias, desde haber estado preso, hasta haberse retirado del boxeo, pasando por haber seguido un tiempo más como amateur, en cuyo caso, habiendo quedado afuera de Beijing 2008, tendría que haber debutado como rentado mucho antes. Y que de pronto, si es que es un púgil con futuro, de 7-0-1, 5 KO, sus manejadores lo hayan expuesto a salir de su país siendo un lactante boxístico a pelear con una figura como Chaves, que está para las grandes ligas.
En síntesis, no fue la mejor medida para La Joya, a quien se lo volvió a ver -independientemente del rival- vigoroso y eléctrico físicamente. No obstante, esta victoria no le sirve ni le aporta nada, por más olímpico que haya sido el rival, ya que deja dudas sobre qué hubiera pasado si aplicara todas las virtudes con las que subió al ring ante alguien de mayor envergadura, adecuadamente entrenado, y que al menos sea de su categoría.
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