Esta vez el documental reaparece con las duras bromas del entrañable Tarufeti mientras realiza una encuesta para la revista Trululú y la responsabilidad del fallecido boxeador Carlos Monzón en la muerte de Alicia Muñiz. Un momento que despierta las risas por la sorpresiva respuesta de la víctima: “Y qué se yo”.
La trilogía avanza también con la impresionante búsqueda de testimonios que volvió a realizar Recalde para poder conseguir la dirección o rastros de quiénes hacían reír a cientos sin saberlo. Es así como encuentra datos en antiguas guías telefónicas en las bibliotecas, pistas de vecinos y conocidos, y hasta algún rumor de cercanos.
Pero el documental también trae otro estreno. Editorial Planeta publicó hace pocas semanas el libro homónimo a la película. En el mismo se recorren las víctimas que aparecen en la trilogía y con varios más, que no tuvieron lugar en la trilogía. Pero también se da lugar a los cinco años de trabajo de Recalde para encontrar a las treinta y tres víctimas.
“Fue tan valioso lo que encontré que terminé filmando tres películas documentales que se llaman Víctimas de Tangalanga 1, 2 y 3, y escribí este libro con anécdotas jugosísimas que, por tiranía de la edición, quedaron afuera de los films”, describe Recalde.