Según la Cámara Inmobiliaria Argentina, los alquileres en Buenos Aires alcanzaron niveles “insostenibles” para los trabajadores.
Alquilar en Buenos Aires se volvió una verdadera odisea. Así lo describió la vicepresidenta de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Marta Libera, quien advirtió sobre la “extrema dificultad” que atraviesan los inquilinos por la desproporción entre los precios de los alquileres de las viviendas y los salarios promedio.
En diálogo con Radio Rivadavia, la especialista señaló que un alquiler familiar básico puede llegar a consumir la mitad del salario, una situación que definió como “insostenible”. “Tenemos un ancla en los ingresos; los salarios no acompañan los aumentos”, remarcó.
Libera explicó que, si bien los índices de actualización se moderaron en los últimos meses, quienes deben renovar contrato en octubre afrontan subas de al menos el 50% respecto del valor anterior. “No hay bolsillo que haya aumentado eso”, dijo.
El problema, añadió, no se limita a la Ciudad de Buenos Aires: “En la provincia la situación se replica porque las relaciones entre ingresos y alquileres se mantienen”.
La falta de viviendas asequibles está generando un efecto colateral en el mercado: los hoteles familiares están casi colmados. Según Libera, se convirtieron en un “colchón” para quienes ya no pueden sostener un alquiler convencional. “Hoy prácticamente no hay habitaciones. Mucha gente busca desesperadamente dónde resolver su tema de vivienda”, relató.
A pesar del contexto, la dirigente destacó una “voluntad de cumplimiento notable” entre los inquilinos. La morosidad no se disparó y el nivel de pago ronda el 98%. “La gente prioriza esta obligación, aunque muchas veces paga en dos veces o con algunos días de retraso”, explicó.
Para Libera, esa conducta evidencia que el problema no es la falta de voluntad, sino la falta de ingresos: “Hay serias dificultades para cumplir a término y en una sola cuota, pero la gente hace lo imposible por no perder su vivienda”.
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