El patriarca de la familia Cagnoli, con 86 años, se transformó en el oráculo obligado de una empresa que hizo de su apellido un sinónimo de calidad.
Don Pietro Cagnoli llegó a Tandil desde su Lombardía natal -Italia- en 1907 y se radicó en Tandil, una tierra que ofrecía las condiciones climáticas ideales, por su humedad y aire serrano, para la elaboración de chacinados.
Hugo Cagnoli es hijo Pedro -y nieto de Don Pietro- fundador de la marca de chacinados que comenzó de manera muy casera, vendiendo los chorizos en un carro en las canteras y los almacenes de ramos generales. Él, junto a su hermano Norberto, colaboraban en la elaboración, llenando los salames con una máquina manual.
Con el tiempo, el patriarca de los Cagnoli se convirtió en el celoso guardián de los cuadernos con todas las recetas que fue anotando mientras aprendía el oficio.
Hugo "El Colorado" Cagnoli reflexiona sobre la actualidad de la empresa que fundó su padre, su política de permanente expansión y la recuperación después del terrible incendio que sufrió en la noche del 30 de marzo de 2021. El hoy de una fábrica que convirtió su apellido en una marca registrada, dentro del negocio de los fiambres y chacinados.
Imágenes capturadas con moto g56 5G
Don Pietro Cagnoli llegó a la Argentina desde la Lombardía -Italia- en 1907 y se asentó en Tandil, una zona con el clima ideal para la elaboración de chacinados por su humedad y aire serrano. Su hijo Pedro fundó -hace más de 100 años- uno los imperios más importantes del rubro, referente indiscutido del salame de Tandil y del rubro en el país.
Pablo, Fabio y Martín, la cuarta generación de la familia Cagnoli, son los actuales responsables de llevar las riendas de la empresa -que también incorporó a la quinta generación-, viajando por el mundo para intercambiar información y mantenerse a la vanguardia tecnológica en el procesamiento de alimentos.
Facundo, Hugo y Juan Pedro Cagnoli
En el mismo lugar en donde -con tres humildes casas- se establecieron Pedro y su familia, hoy se yergue la fábrica de fiambres y chacinados de alta calidad Cagnoli. Los recuerdos de Hugo de aquel Tandil de su infancia.
Los recuerdos de sus primeros pasos en la elaboración de chacinados, el orgullo que le genera el trabajo de todos los miembros de su familia. Hugo Cagnoli explica por qué a los 86 años, aún tiene la necesidad de ir todos los días a la fábrica.
A sus 86 años, mientras enseña como cortar correctamente los salames, Hugo Cagnoli, cuenta historias personales y de la fábrica con un estilo ameno y divertido, agradeciendo siempre, la suerte que le tocó vivir.
Después de 15 años de gestiones se logró, en 2011, la primera denominación de origen para un producto procesado en Argentina. Se trata de la DOT -Denominación de Origen Tandil- es un sello de calidad que certifica la elaboración artesanal, con recetas tradicionales y materias primas locales, y que garantiza su autenticidad, representando el orgullo y la identidad gastronómica de la región. Hugo fue uno de los artífices de este logro.
Hugo "El Colorado" Cagnoli, el patriarca de la familia.