l Cuando se mira al espejo, ¿qué ve?
-A una mujer de 44 años, Veo un todo. No me quedo en el detalle. Veo una película de mi vida. Mi mirada trasciende lo físico. El espejo me muestra en cuerpo y alma.
l Si se equivoca, ¿pide perdón?
-Siempre y cuando alguien se equivoca conmigo necesito que me pida perdón.
l ¿Cuál es la mejor versión que tiene de usted misma?
-Caramelito soy yo: Cecilia Carrizo, porque siempre me vinculé con los demás desde mi. Si bien, al actuar me pongo en la piel del personaje, mi ser se pone de manifiesto artísticamente. Igual, intento que mi mejor versión sea la personal.
l ¿Qué corregiría de usted?
-A veces, siento que ser muy frontal me juega en contra, pero soy así. En ocasiones, la diplomacia y la hipocresía se confunden y en ese punto enarbolo la bandera de la dignidad, diciendo lo que siento y pienso. Igualmente, es algo que tal vez debería corregir. Tendría que contar hasta tres antes de hablar.
l ¿Con qué conecta las decisiones que más le cuesta tomar?
-Con mi corazón. Si bien meto la razón en todo lo que hago, la última palabra la da mi corazón.
l De las tareas domésticas, ¿cuál detesta pero la hace?
-Lavar las medias de mis hijos hasta dejarlas blanquísimas. Siempre me pregunto: “¿Si detesto hacerlo, por qué no las dejo grises?rdquo; (risas).
l ¿Es ordenada, prolija y limpia?
-Lo soy pero no les trasmito esa obsesión ni a mis hijos ni a mi marido. No estoy detrás de ellos, aunque estoy todo el tiempo ordenando la casa y los placares.
l Cuando no cumple con lo que se propuso, ¿cómo se pone?
-Mal, pero vuelco lo que me queda sin hacer en la agenda general y trato de hacerla al día siguiente.
l ¿Sin qué elementos no imagina su vida?
-Sin la cama, sin la heladera, sin un cuaderno y sin una lapicera.
l Complete la siguiente frase: “Todos somos un poco...
-imperfectos”.
l ¿Qué es lo mejor y lo peor de vida en pareja?
-Basándonos en que uno está con quien ama, lo bueno es compartir la vida con ese ser y lo malo es el acostumbramiento, porque suele perjudicar lo bueno.
l ¿Por qué elegiría a alguien como usted para convivir?
-Primero, porque te ordeno todo sin cuestionarte nada, te lavo todo, no te invado y tengo un espíritu conciliador.
l ¿Qué trascendencia le da al dinero?
-Todos lo necesitamos, porque vivimos en un mundo que se rige por el dinero. Debemos trabajar mucho para conseguirlo. Lamentablemente, sin plata no podemos hacer casi nada. Si uno tuviese sus necesidades cubiertas, en algún momento tendríamos miedo de que nos falte la plata. Pero el dinero, para mi, no es un medio sino un fin.
l ¿Cómo le resulta vivir en la Argentina actual?
-Me preocupa mucho la rivalidad social que tenemos pero, a la vez, a la hora del análisis es lo más liviano. Me duele que debamos atravesar la situación de inseguridad y la circunstancia económica terrible que estamos viviendo. Me entristece que nos pase esto, porque los argentinos somos capaces de lograr muchas cosas y no entiendo por qué no las conseguimos.
l ¿Ya no quedan paraísos terrenales?
-El mío es la paz de mi hogar y la felicidad de los seres que amo.
l ¿A qué le dijo adiós?
-A la hipocresía. Cuando alguien me defrauda le digo adiós al instante y sin vueltas.
l ¿Qué le sorprende de usted misma?
-Hablar por la calle con gente que no conozco. Por ejemplo, sin en el super alguien pregunta algo siento la necesidad de contestarle. No sé por qué, pero me nace así.
l ¿Es usted una chica barrio, una joven de country o una mujer urbana?
-Me identifico con la mujer urbana, porque estoy predispuesta a hacerle frente a lo que me toca.
l A estas alturas, ¿trabaja por placer, por necesidad o por dinero?
-Todos los ítems encajan. Siempre fui mi propia empresa. Nunca tuve un representante artístico. Estoy acostumbrada a la autogestión.
l ¿Qué tema le gustaría tener resuelto?
-El económico. Es lo que más me perturba.
l Por último, ¿cuándo una madre puede decir que su tarea está cumplida?
-Nunca, porque desde que los tenemos en la panza y hasta que nos vamos tenemos diferentes tareas que hacer en las distintas etapas de nuestros hijos. i
Distinguida en el ambiente como “Caramelito”, la actriz se define como una mujer urbana, frontal, que toma las decisiones en base a lo que le dicta su corazón. tiene un espíritu conciliador y un ánimo estable. pone lo mejor de si en todo lo que hace.