Se reconoce autoexigente. Intenta decir siempre lo que piensa. Ha llegado a perdonar hasta lo imperdonable. A estas alturas, sólo es incondicional con su hija. Sabe resolver bajo presión. La pasión la he llevado más lejos que la razón. Emilia Mazer, que se encuentra llevando adelante la obra “Acaloradas” junto a Patricia Echegoyen, Victoria Onetto y Magui Bravi, asegura que es mucho mejor como ex mujer que como mujer.
l De la cotidianeidad, ¿qué la acalora?
-Todo lo que me provoca vergüenza ajena.
l Normalmente, ¿piensa lo que dice?
-Tengo el grave defecto de decir lo que pienso.
l ¿Cómo le va con eso?
-Y... para nuestra sociedad, no está bueno, pero yo nunca fui en el mismo sentido de las cosas, así que me la tengo que bancar.
l Si alguien que quiere mucho la defrauda, ¿qué actitud toma?
-Bajo una persiana metálica. Para el “no” infinito me tienen que saturar. Antes podía perdonar hasta lo imperdonable. En varias ocasiones, esa actitud me llevó a un cierto abuso por parte de los otros pero, a estas alturas, sólo soy incondicional con mi hija.
l De la vida diaria, ¿qué le afecta?
-Me afecta vivir en un país convulsionado, rodeado de cierta violencia; me afectan que a la gente no le alcance el mango; me afectan los maltratos y los crímenes. Sueño con que las cosas mejoren.
l Actuar bajo presión, ¿saca de usted lo mejor?
-Yo fui criada en épocas de dictadura. La presión hace que me acuerde la letra, que estrene y que salga adelante. Sé resolver bajo presión, lo que no significa que me guste.
l Cuando le sugieren que no intente algo, ¿hace caso?
-A los 14 años le quise hacer una nota a Jorge Luis Borges para el colegio y mi papá me dijo: “No lo intentes, no te va a atender”. Fui hasta su casa, con unas compañeras del cole y nos recibió. Estuvo toda una tarde charlando con nosotras. A partir de ese evento, el “no lo intentes” no es un freno para mi.
l ¿Qué la llevó más lejos: la razón o la pasión?
-La pasión. Por amor me fui a vivir a otro país, sin pensar ni en mi conveniencia, ni en lo que dejaba atrás. Con los años, entendí que la pasión amorosa va y viene, pero la que jamás morirá es la que siento por la actuación.
l Es evidente que no decidieron mucho por usted
-Así es. Soy muy decidida. Yo me la juego, aunque me equivoque. El término medio, no es mi manera de plantarme en la vida. Lo mío es visceral y biológico. No es por elección. Soy así. Es mi esencia.
l ¿Podría citarme tres ventajas que tiene la vida en pareja?
-Ni idea. No estoy en pareja. A ver... a ver... Dejame hacer memoria emotiva (risas). ¡Qué difícil!...Ya es lindo que lo que uno hace tenga sentido para el otro y aprender del conocimiento que te permite el amor, después del encandilamiento. Yo no tuve parejas largas y no sé qué viene después del enamoramiento, porque siempre que me desenamoré, me separé, así que esa lección me la sigo llevando previa (risas).
l Si fuese hombre...
-¡Ah, no! Esa no te la puedo ni imaginar. Me estás pidiendo demasiado (risas).
l ¿Formaría pareja con una mujer como usted?
-No me pongas en ese aprieto (risas). ¡Vos querés que me venda!
l No es mi intención.
-Pero parece. Te la voy a contestar igual. Yo no me hago autobombo. El que no me vio, se la perdió.
l ¿No será mucho?
-Bah... supongo... (risas). Intuyo que debe ser muy copado estar conmigo, pero no lo afirmo. ¿Te puedo confesar algo?
l Por favor.
-Tomá nota, porque es la primera vez que lo digo.
l Adelante.
-Yo soy mucho mejor como ex mujer que como mujer (risas).
l ¿Está segura?
-Sí. Con todos los hombres que fueron trascendentes en mi vida, después de separarnos, nos pudimos tomar un vino y reírnos mucho. A ninguno le tiré pintura arriba del auto, sé que hay minas que lo hacen. Me vendo como ex mujer. Como mujer prefiero que indaguen. Me reservo el derecho al misterio femenino (risas).
l ¿Qué le debe a los hombres que pasaron por su vida?
-No les debo nada. ¡Que estén en paz! ¡Que sean felices! No les guardo rencor, lo que no es poco. Ellos tampoco me deben nada. Estamos a mano.
l ¿Qué lugar ocupa el trabajo en su vida?
-Ocupa un sitio muy importante. No vivo para trabajar, pero no trabajo sólo por gusto. Laburo para morfar haciendo lo que me gusta.
l ¿Por qué recomendaría ser actriz?
-Porque da alegría, porque es sanador, porque lleva la meditación al acto todos los días y porque es un trabajo hacia los demás muy gratificante.
l Como madre, ¿qué se critica?
-Fui permisiva. Siempre le hablé sin tabúes y eso no le trajo ningún trastorno. De hecho, es madura, cálida, alegre y tiene noción de sus propios límites.
l ¿Cuándo una mujer puede creerse una buena madre?
-Nunca. Mi hija me lo ha dicho. Pero no quiero que me idealice. Estoy en paz: tengo las herramientas para defenderme cuando me pasan facturas.