La griega Vicky Xipolitakis nunca puede tener un día en paz, ni siquiera en el festejo de su cumpleaños. El lunes por la noche decidió celebrar un nuevo cumple y, como no hará temporada, lo hizo por primera vez en Buenos Aires. El lugar elegido fue un restó de Palermo donde muchos famosos suelen celebrar sus fiestas. Pero esta vez, la cosa no terminó para nada bien.
Es que en pleno festejo llegó la Policía y terminó sacando a todos los invitados a la calle. Así fue que Marcelo Polino, Jay Mammon y Verónica Ojeda, entre otros, terminaron cantando el feliz cumpleaños en la vereda mientras la banda "Nene Malo" improvisaba sus temas.
Esto derivó en otro escándalo porque los vecinos llamaron a la policía y la Griega, junto a su gente, tuvo que trasladarse a otro local nocturno. Claro que, fiel a su estilo, no se quedó callada y decidió pegarle duro a la dueña del local. "No me cumplieron en nada con lo que pedí. Querían que no pongamos música, yo vine a hacer un cumpleaños, no un velorio. Este local no esta habilitado y por eso nos fuimos", dijo.
Pero al parecer esta versión no es la real y Marina, la dueña del restó, salió al aire en Intrusos y dio su versión de los hechos, que, al parecer, se ajusta un tanto más a la realidad.
" Lo primero que quiero decir es que Xipolitakis quiso todo de canje. Yo suelo no hacer esas fiestas de canje, pero como ella es amiga de Moria y yo siempre la recibo en el local, entonces accedí. Lo que pasó es que ella me habló de una fiesta pequeña, de un organito para hacer karaoke y después cayó con más de 400 personas, una banda en vivo y la cosa se puso complicada", dijo.
Según la responsable del local, Vicky no pagó nada y hasta puso en riesgo a los invitados: "Me pidieron champagne gratis, lo pagamos de nuestro bolsillo, pero la fiesta se tornó complicada y nosotros no trabajamos de esta manera. El hermano me trae una torta y le digo: '¿la pongo en la heladera?'. 'No, es para tirar en la terraza', me dice. 'No, no quiero otro Cromañon', le respondí".
Marina contó que el local está habilitado para 200 personas y Vicky metió el doble: "Llegó un momento que entró tanta gente que se desbordó el local. Si entraba más gente se me caían las paredes encima", contó.
Y para el final dejó abierta la chance de una guerra judicial: "Yo no soy mediática, pero si Vicky sigue diciendo que el local no estaba habilitado y sigue mintiendo, entonces tomaré otras medidas".
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