Luciano Arruga desapareció el 31 de enero de 2009 con tan sólo 16 años de edad. Su hermana Vanesa, que ya lo había ayudado a enfrentar la adversidad y lo había ido a buscar a la comisaría de Lomas del Mirador, donde fue golpeado, comenzó a buscarlo desesperadamente con la ayuda de familiares y amigos.
Durante años el grupo enfrentó amenazas de la policía, manipulaciones de la Justicia, y la indiferencia del gobierno y del arco político para esclarecer un caso de desaparición forzada que terminó por ser emblemático.
Pasaron cinco años hasta que finalmente el 17 de octubre de 2014 lograron dar con sus restos, enterrados sin identificación en el cementerio municipal.
El informe del forense reveló que la muerte de Luciano fue producto de un accidente vial la misma noche de su desaparición. Vanesa y el grupo de familiares y amigos denunciaron que lo ocurrido se trató de un crimen de lesa humanidad.
De esta manera, quedó demostrado que la desaparición forzada de personas no es sólo una prerrogativa brutal de las dictaduras sino también un instrumento utilizado en los estados democráticos por una policía que heredó la peores prácticas de esos oscuros periodos. El incumplimiento de leyes internacionales por parte de los efectivos policiales viola los derechos humanos fundamentales ocasionando grandes sufrimientos a las víctimas, sus familiares y amigos.
¿Por qué hacer una película sobre el recorrido de la familia de Luciano Arruga en la búsqueda de verdad y justicia? De acuerdo a los realizadores, “uno de los rasgos significativos de una narración fílmica es la posibilidad de masividad de su mensaje, una oportunidad de llegar con imágenes y sonidos a la sensibilidad de quienes asisten como público: mirando y escuchando”.
“En esa interacción reside la importancia de la obra ya que justamente en el encuentro vivido con esa historia, la narración se corporiza y pasa a ser parte de la comunidad - público la película. Elegir contar esta historia es, para nosotros, realizadores, una ocasión para sensibilizar masivamente a grupos de personas que podrán conocer por primera vez, o traer una vez más a la memoria, una historia fundamental de ser contada: la historia de la desaparición forzada en democracia en Argentina de Luciano Arruga, y de cómo sus familiares y amigos lucharon hasta encontrarlo”, agregan.
El film consta de varios pasajes del juicio por el esclarecimiento del caso, llevado a cabo recién en 2015, cuando la aparición del cuerpo sin vida del joven dejó en evidencia el accionar policial.
La edición del largo muestra las diferentes instancias de la lucha de Vanesa y las agrupaciones de derechos humanos que los han acompañado a lo largo de un camino de seis años. Allí se puede ver además de las escenas del juicio, la conversión del destacamento en el que estuvo detenido Luciano en un espacio para la memoria, y las marchas que se realizaron para que se reconozca el caso frente a la indiferencia de vecinos y del Estado en general.
Este ida y vuelta continuo, saca al espectador de ambientes comunes a este tipo de documentales y lo lleva a sensibilizarse sobre un tema en el que la policía, las autoridades e incluso los medios de comunicación parecen anestesiados.
Ficha técnica
¿Quién mató a mi hermano? (Argentina/2019). Guión y dirección: Ana Fraile y Lucas Scavino. Edición: Lucas Scavino. Fotografía y cámara: Victoria Panero y Ana Fraile. Música: Pablo Bregante y Daniel Calabrese. Sonido: Martín Grignaschi. Duración: 88 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: (Gaumont, Village Rosario, Showcase Haedo, Showcase Córdoba, Cinemark Mendoza y Cinemark Quilmes
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