Espectáculos
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Otra vez rey del verano, el coreografo comenta que Stravaganza le cambio la vida y que le da animos para seguir apostando a la excelencia. Pero dice que por momentos la voragine en que vive le pasa alguna factura. Llego muy estresado a fin de año y por eso ahora alquilo una casa bien alejada en Carlos Paz.
Sale de su casa para dirigirse al teatro
Luxor. De vez en cuando, se lo puede ver cenar en algún restó de la villa.
Flavio Mendoza transita la temporada serrana a plena rutina. Stravaganza, el
indiscutido éxito de la villa, no le da descanso.
Responsable, dedicado, casi
obsesivo, el responsable del show más imponente de las tablas nacionales tiene
sólo algunos minutos libres y los dedica con la sonrisa llena de satisfacción a
la charla desde el Soho Village Hotel. "¡Stravaganza me cambió la vida! Me
encanta que la gente disfrute del espectáculo, estar rodeado de la gente que
quiero estar, de tener dos espectáculos (en la villa y en Buenos Aires, en el
teatro Broadway) y que les vaya bien a ambos. Le agradezco al universo, a Dios,
a la gente por elegir estos espectáculos.
Me da ganas de seguir apostando al país para poder completar sueños que pensé que nunca iba a poder lograr. Obvio que para que uno pueda hacer lo que quiere importa el número pero, a veces, yo no me fijo ni en lo que gano, de verdad te lo digo. Lo que me importa es hacer cosas de calidad, tratar de buscar la excelencia. Llegué a fines del año pasado muy cansado, agotado, las cosas técnicas del espectáculo cuestan mucho ubicarlas y estaba muy estresado. No suelo exponer lo que me pasa pero, a veces, lloro y necesito de ese abrazo que necesitamos todos. Sigo medio estresado, por eso es que me alquilé una casa tan lejos para poder disfrutar un poco", confía el creativo.
Me da ganas de seguir apostando al país para poder completar sueños que pensé que nunca iba a poder lograr. Obvio que para que uno pueda hacer lo que quiere importa el número pero, a veces, yo no me fijo ni en lo que gano, de verdad te lo digo. Lo que me importa es hacer cosas de calidad, tratar de buscar la excelencia. Llegué a fines del año pasado muy cansado, agotado, las cosas técnicas del espectáculo cuestan mucho ubicarlas y estaba muy estresado. No suelo exponer lo que me pasa pero, a veces, lloro y necesito de ese abrazo que necesitamos todos. Sigo medio estresado, por eso es que me alquilé una casa tan lejos para poder disfrutar un poco", confía el creativo.
¿Cómo definirías la temporada? Florencia de la V aseguró que es un verano difícil...
-El año pasado Carlos Paz estaba repleto pero cuántas obras de teatro se levantaron. Entonces, no es la temporada como están diciendo, es lo que elige la gente, es porque el bolsillo de los argentinos está difícil. Hay más de treinta espectáculos en la villa, la gente no puede pagar por ver a todos. Stravaganza generó una bisagra el año pasado, miremos para atrás, no miremos lo de este momento, vienen pasando en el teatro varios cosas, sin ir más lejos presten atención a lo que pasa en Mar del Plata.
¿Temés a que el éxito del espectáculo te supere?
-Me cuesta disfrutarlo porque vivo en una locura. Lo disfruto cuando me alejo un poco, vienen las vacaciones y podés mirar para atrás. A veces, mi hermana se preocupa y me dice que tengo que disfrutar más y tiene razón... Creo que los auges de las cosas tienen un tiempo y cuando esto pase lo recordaré con mucho cariño. Está bueno que te pase una vez en la vida y ya está. No hay nada mejor que llegar a lograr lo que querías. Todavía no puedo creer que hayamos hecho un cambio en lo que pasaba en la plaza teatral.
Se armó mucha polémica con la entrega de los premios Carlos, lo más importante de la villa, donde el oro se lo llevó Nazarena Vélez.
-Estuvo bien que se haya ganado el premio quien podía merecérselo. A mí no me nominaron como director, no estuvo nominada mi parte técnica que es la más majestuosa del país, se olvidaron de mis humoristas pero respeto mucho a los premios. El año pasado me dieron el de oro y si éste no me daban siquiera el de Miss Simpatía, iba a ir y aplaudir a todos. Ojo, que me merecía el premio otra vez, me lo merecía... Stravaganza ya está consagrada, nosotros ya somos artistas consagrados. Por ahora vamos sesenta mil espectadores, ojalá lo dupliquemos. Sería no sólo una cuestión de números sino que seguiría marcando algo en la historia del teatro argentino. Van a pasar veinte años, Stravaganza va a quedar marcado y eso es lo más importante.