De todo el espectro de actrices de la actualidad en el cine y televisión británica y estadounidense, sólo un puñado de ellas cuenta con las herramientas necesarias (léase vivencias) para encarnar a los personajes más icónicos. Un de estas actrices es sin duda alguna Gillian Anderson, que desde su irrupción allá por 1994 con la legendaria –y todavía vigente Los Expedientes Secretos X (The X-Files) marcó toda una época para las mujeres en la TV.
A pesar de que Anderson es mayormente reconocida en la Argentina por ese papel, también interpretó a otras mujeres fuertes de la TV como la investigadora criminal Stella Gibson de The Fall (2013-2016), la Dra. Bedelia Du Maurier en Hannibal (2013-2015) o la diosa Media en la serie American Gods (2018).
“Siento que tengo mucha suerte de poder hacer estos trabajo y poder elegir a estos personajes. Son mujeres fantásticas. En American Gods pude representar a cuatro mujeres, personajes icónicos, y me siento bendecida por haber podido elegir esas personalidades tan fuertes, tan complejas, que han llegado a impactar en la sociedad”, dijo sobre la posibilidad de encarnar a Lucille Ball, Ziggy Stardst, Marilyn Monroe y a Judy Garland en dicha producción, a la que no volverá para su segunda temporada.
“Pude representar estos personajes que fueron muy complejos. En el caso de Scully, ella no es muy compleja porque tiene una historia que no es oscura, tiene una buena moral, es inteligente y está bien educada; a diferencia de Bedelia, cuya moral no está bien definida, y es un poco más ambigua. Ambos personajes se parecen a mí sólo en el hecho de que tienen mi misma altura y fisonomía”, agregó la actriz de imperceptibles 50 años.
Pero con un pasado que incluye una etapa de rebeldía punk adolescente en la que fue juzgada por vandalismo cuando ingresó por la fuerza e intentó sabotear los lockers de su escuela secundaria, y un incipiente interés por estudiar biología marina que no llegó a concretar por su amor al teatro, ella sabe que sus personajes, en el fondo, tienen algo más. “Creo que a propósito elijo personajes que contactan con los aspectos más fuertes de mi personalidad. En general elijo personajes complejos, que tengan distintas capas de profundidad”, explicó.
La subrepticia aparición de Gillian Anderson en la serie Los Expedientes Secretos X, generó toda una fascinación en las mujeres jóvenes de su generación. Pero en esa serie, la actriz encontró mucho más que un esposo (Clyde Klotz) sino que también logró quedar en los libros de sociología con el llamado “efecto Scully” que hizo que muchas jóvenes se interesaran en carreras como la ciencia, la medicina y las fuerzas de seguridad, a las que antes apenas le prestaban atención. “Era muy joven cuando empecé en Los Expedientes Secretos X. Tenía 24 años pero mentí y dije que tenía 27 en el casting. Significó mucho para mí porque no tenía ni la más remota idea de lo que iba a pasar. Fue una experiencia muy intensa porque yo era una mujer muy joven y poco tiempo después tuve un bebé”, dijo en referencia al embarazo que la sacó de la serie brevemente en el final de la primera temporada, con una “abducción” como excusa.
“Creo que después crecí con ese personaje que luego tendría ese impacto mundial y esa exposición. Fue un gran misterio cómo se iba a desarrollar pero la experiencia fue todo un desafío. El personaje de Scully y el de Stella me enseñaron cómo sentirme cómoda y orgullosa de mí misma, adentro de la complejidad de mi propia personalidad”, concluyó Anderson, que ratificó, una vez más, que ya no habrá más de ella en esa serie.; y tampoco en films. “No habrá una tercera película de Los Expedientes Secretos X, la segunda fue la última”, especificó.
Para Anderson, sin embargo, no fue el de Scully el personaje del que más le costó desprenderse, sino -confesó- el de Blanche Du Bois en la producción teatral “Un tranvía llamado deseo”, que dirigió Benedict Andrews. “Hicimos esa obra en Londres y en Nueva York y, a pesar de que existía la posibilidad de volver a interpretar a Blanche, yo sabía en el fondo de mi corazón que se había terminado. Cuando supe que ya no iba a seguir interpretando a Stella me generó mucha pena y mucha tristeza. Me sentía como casi como si una mejor amiga muriera, lloraba y lloraba. Creo que fue porque ella tomó más de mí que lo que yo le di como personaje. Realmente fue extraordinario”, recordó.
La visita de Anderson estuvo signada por su nuevo trabajo en la serie Sex Education, que el año que viene estrenará Netflix y en la que compartirá protagonismo con Asa Butterfield. “Sex Education es una comedia, un género en el que yo no trabajo tan seguido pero me sirvió para explorar distintos aspectos de la personalidad de Jean (su personaje) para saber cómo funcionaba”, le dijo Gillian a la prensa.
“Es una madre soltera, que vive sola con su hijo adolescente y es una terapeuta muy abierta. Hay cosas en la serie que son muy extrañas, por ejemplo hay penes por todos lados. Ella no puede evitar escuchar las conversaciones de su hijo adolescente, invade un poco su privacidad, no tiene límites y es muy neurótica”, agregó.
El personaje de Jean no estará exento de vivir su propia historia romántica, aunque la actriz adelantó que esa será su mayor dificultad en la serie. “Está divorciada pero tiene a muchos hombres que se acercan a ella por un solo propósito aunque no quiere tener una relación. Como pueden ver es un personaje muy complejo”, concluyó.
Finalmente, Gillian habló sobre los libros que ha escrito con otros autores como la trilogía de ciencia ficción “The EarthEnd Saga” (en colaboración con Jeff Rovin) y “WE: A Manifesto for Women Everywhere” que lanzó el año pasado junto a Jennifer Nadel.
“Todos los trabajos que he realizado hasta ahora siempre fueron co escritos porque, con tres hijos, se me hace imposible hacerlo sola. Escribo en aviones y hoteles porque estoy siempre “a las corridas”; pero espero algún día poder hacer algo yo sola”, manifestó.
Asimismo, la pelirroja desmintió que haya considerado alguna vez reemplazar a Daniel Craig como James Bond, un rumor que corrió por las redes sociales hace algunos años, antes de que su colega decidió se arrepintiera de dar un paso al costado. “Para ser honesta, no sería ideal para hacer el papel de James Bond porque el personaje es un hombre. Si bien hay muchas películas y personajes que están empezando a ser representados por mujeres, algo que me parece perfecto, en el caso de ese personaje creo no es lo ideal”, dijo, sin ignorar que la situación está cambiando en Hollywood, sobre todo en los últimos años.
“Espero que siga siendo así. No solamente en la actuación, sino como productores y escritores. Ahora hay mucha más igualdad. Creo que el foco está puesto ahí”, aseguró.
Finalmente, la actriz habló sobre los fans argentinos (“son muy intensos”), y manifestó que tenía “altas expectativas” sobre este viaje, el primero que hace, al país. “Estoy feliz de venir a la Argentina y de vivir esta intensidad. Yo conozco cómo son los fans, que te esperan en la puerta del teatro y te cantan canciones, te dan rosas. Conozco del tema y, si estoy viva, seguramente volveré”, aseguró.
Le tomamos la palabra.
El autor le extiende un agradecimiento especial a Elian Aguilar y Pablo McFly por su ayuda para concretar esta nota.