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La modelo está en La Florida esperando por el nacimiento de su hija y relató en las redes sociales la desesperación por el alerta sobre los desastres que puede causar el fenómeno climático. "Hay miedo", dijo.
El Huracán Irma llegaría a las costas de Miami el sábado y es una preocupación para todos aquellos que están en ese lugar. Miami es un lugar de Estados Unidos que siempre recibe gran cantidad de turistas, mucho de ellos argentinos, y también muchas personas que llegan a esas tierras para atender distintas cuestiones, muchas ellas médicas. Ese es el caso de Luciana Salazar, quien se instaló en dicha ciudad para ver al evolución del embarazo de su hija, que nacerá a través de un alquiler de vientre, y ahora es una de las tantas que siente desesperación por la llegada de la feroz tormenta.
Luli está alojada en el lujoso y costoso hotel Four Seasons y este jueves al mediodía recibió una carta de la directora del establecimiento con distintas advertencias.
“Cuando Irma llegue a la costa en un par de días con su temible poder, podrían producirse cortes de electricidad y falta de agua, entre otros inconvenientes. Por eso le sugieren que, simplemente, deje el edificio”, dice la carta que Luciana publicó en su cuenta de Twitter.
"Miedo", respondió Salazar acompañando el emoji que simboliza el pánico.
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Por otra parte, Salazar salió a recorrer las calles de Miami, esas que por estas horas lucen espléndidas, serenas, pero que tienen a la gente muy nerviosa y desesperada en cada supermercado.
"Situación espantosa. Hoy a las 2.30 AM un Walmart 24 horas lleno de gente, todas las góndolas vacías, tres changos por persona. Desesperación", contó Luciana, quien además le explicó a una seguidora de esa red social que los vuelos estarán suspendidos desde la mañana del viernes.
Las calles de la ciudad por estas horas están sin gente; los pocos que salen van directamente a los mercados o a las ferreterías para comprar maderas para tapiar las ventanas.
"Miami está desértica. Ni un alma. Ciudad fantasma", dice Luciana, quien reza para que el paso de Irma no sea tan devastador como advierten los pronósticos.