La actriz del filme "La mujer de la fila" habló de su vínculo con la mujer que le dio la vida y lo comparó con su rol a cargo de su hijo adolescente.
Por primera vez, Natalia Oreiro contó los "reproches" que le hace a su madre. La actriz oriunda de Uruguay compartió su análisis personal sobre el rol que tuvo su progenitora y el que ella tiene como madre de Merlín, su hijo adolescente de 13 años, fruto de su relación con el músico Ricardo Mollo. Fue en el marco de la presentación de su nueva película: La mujer de la fila.
"Todos los días me siento mala madre.... El otro día leía un dato real: la madre toma 35 mil decisiones por día y somos interrumpidas cada tres minutos. Entonces vivimos la maternidad absolutamente sobrepasadas. Y cuando son las cuatro de la mañana, nuestro cuerpo está durmiendo pero nuestro cerebro ya está diciendo: “La comida, las zapatillas, el coso de la tarea, si hace frío...”. Yo sé que duermo con ese pensamiento, como todas las madres", compartió Natalia.
"Cuento con un compañero que realmente se ocupa mucho. Estuve filmando un mes en México y vinieron a verme ambos. Lo lleva a la escuela, hace todo lo que tiene que hacer un padre. Pero igual, hay algo de la madre que no es que no lo entienden: no lo viven. Entonces, es difícil explicar esta situación de soltar: dejar de preocuparse, de ocuparse. Una está todo el tiempo pensando: yo sé lo que está haciendo, lo que está comiendo, con quién está, cuántas tareas tiene que hacer", explicó, Oreiro.
"Me cuesta más pensar cuándo soy la mejor del mundo que cuándo soy mala... Porque no es que yo me crea mala mamá: a veces uno hace lo que puede.... Mis padres hicieron lo mejor que pudieron. Obviamente, yo los critico un montón, más a mi madre. Es terrible eso", reconoció Natalia, en diálogo Tatiana Schapiro, para Infobae.
"Todo el tiempo estoy en ese proceso de amigarme con mi mamá, entendiendo que mis padres me dieron una libertad (ella se vino a vivir a Argentina a los 16 años) que no sé si tendría la posibilidad de dársela a mi hijo. Ya eso es un abismo y un agradecimiento para siempre. Y después, entender de dónde vienen sus padres, ese prejuicio que también existía", analizó Natalia, durante la entrevista que le realizaron.
"Cuando tenía ocho años quería estudiar teatro. Llega el diario y pedían chicos para hacer unos castings: “Yo quiero ir acá”, le dije a mi mamá. “Salí de acá”, me dijo. “Mamá, yo voy a salir en los diarios”. “Sí, en los diarios... ¡En Policiales vas a salir vos!”. Sí, mi mamá, que encima siempre quiso ser cantante... Y mi papá, que escuchó todo eso, me dijo: “Yo te llevo”.
"Mi madre me ha dicho que ella pensaba: “Bueno, que se saque el gusto, que se dé la cabeza contra el piso y que vuelva”. Y yo no volví nunca. Una vez me dijo: “A mí me engañaron”, porque le habían dicho que yo venía a (Buenos Aires para) grabar dos o tres días, y volvía. Pero yo sabía que no iba a volver", cerró, Oreiro.
comentar