Después de los videos de presentaciones en vivo en que sus fans le acariciaban sus partes íntimas, el rey del cuarteto llenó el Luna Park y se preocupó por evitar roces con sus admiradoras. Eso sí, no le negó besitos a ninguna
Para que quede claro de entrada, antes de subir a escena las pantallas del Luna Park repitieron la conferencia de prensa en la que Carlos Jiménez, la Mona, se disculpó por aquel espectáculo en el que una fan masajeó sus genitales en pleno show. Claro que a su término se escuchó un editorial de un periodista cordobés que libraba de cargos morales al rey del cuarteto y enumeraba la cotideanidad con la que "los políticos nos meten el dedo en el culo, sin pedirnos perdón". La monada rugió y el mítico estadio porteño estuvo listo para recibir al gigante del mediterráneo. Campo, pullman y plateas repletas, buen sonido y el ya clásico show de la Mona en Buenos Aires daba así un nuevo comienzo.

      _DSC2126.JPG

Antes, había abierto el fuego una de sus hijas, Lorena, quien se definió por el cuarteto y tocó clásicos de la prehistoria de la carrera de su padre, en su versión original y con el sello de su voz, de primer nivel. No hay lista de temas, las composiciones surgen y un asistente busca la letra y la deja visible en el atril. Sí, la Mona no guarda en su memoria un repertorio nutrido en 48 años de carrera. Como lo hacía Mercedes Sosa -por si alguno tiene la osadía de descalificarlo-, el cordobés lee sus letras. Le cuesta dar el espectáculo que quiere dar porque a diferencia de la recordada tucumana, él camina y baila el escenario y por eso resultan fundamentales las voces secundarias para no perder la línea vocal: el público ayudó, pero no fue suficiente.

La Mona lee las banderas y completa el ritual geográfico con las menciones, las bendice con un beso cuando ataja alguna y la devuelve al público. Antes de la mitad, lo inesperado: un tatuador hizo su trabajo sobre el escenario: el "Tucu" de San Martín ofrenda su espalda para que el artista le deje para siempre la representación del rostro del cuartero. Suena Tinta China y el Luna enloquece. El show no tiene invitados, hasta la irrupción del Mono, voz de Kapanga, que hace un dueto con Agujita de oro.

Al promediar el show, subió la primera de las chicas del campo a las tablas. La sujetaron los de seguridad primero hasta que la Mona dio el visto bueno para que la dejen subir. Bailan, él interroga de dónde viene, ella lo abraza y se dan algunos piquitos. Bastante naif, si se recuerda a Bono de U2 que desde el escenario señala a una señorita del público que es conducida junto a él y se entrega en un beso apasionado. Después sube otra que maldice a quienes demonazaron a Jiménez "por la tocadita". "Te amo", le dice y por las dudas, la Mona se cubre el pubis como si la situación pudiera incomodarlo.

      _DSC2141.JPG

Paradoja del show, a las poco más se dos horas le faltó tunga-tunga. Es difícil asumirlo y un atrevimiento escribirlo porque es semejante a afirmar que a Maradona le faltó fútbol en algún pasaje del partido. Pero tal vez los parches electrónicos de los set de percusión le restaron magia a quien encarna el cuarteto por antonomasia. Eso sí: la Mona es la Mona y no hay con qué darle.

A dos de cumplir 50 años con el cuarteto, subió a la que denominó la quinta generación de su estirpe: pibitos de entre cuatro y siete años que los padres le ofrendaron al escenario. Cantaron con él y bailaron hasta el final, que contó con sus dos hijos cantantes -Carli y Lorena, que volvió a subir- y cuando dieron las 12 campanadas, lejos de romperse el hechizo, la Mona quiso saber quién se tomó todo el vino.

      Embed


Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2025-11499155-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados