Lo dice quien es una pieza fundamental de una camada que el rock argentino tuvo en a partir de los '80, pero que desde hace casi 20 años está dedicado al 2x4

No es aquella versión con dreadlocks de su primer intento solista titulado H2o, ni el marinerito de Los Abuelos de la Nada. Está más arrugado que en tiempos de primarios de Charly García y definitivamente con una impronta distinta a la de los Lions in Love, pero es el mismo: Daniel Melingo conserva los rulos y no le hace falta un funyi para definirse como tanguero. A esta altura ya no hay que aclarar que el hombre que más clarinete le puso al rock argentino y sentó con Pipo Cipolatti la piedra basal de Los Twist, ahora hace tango

Y el ahora es extemporáneo, porque la cronología marca que en 1997 ya estaba al frente de Mala Yunta, un programa de cable en el que el rock interpretaba tangos, y un año después sacó el primero de sus discos del género y desde entonces no paró. Reniega de los rótulos, se enoja y culpa al periodismo de segmentar la música en géneros y reclama la libertad para disfrutar de composiciones, independientemente del ritmo al que pertenezcan. Le parece ridículo, dice, tener que andar dando explicaciones y asume en el sonido del Río de la Plata un rol protagónico que no tuvo con el rock. 

      

-¿En qué momento empezaste a sentir la música a partir del tango?

No hay un antes y un después. No es una frontera el tango y otras cosas. Lo fui aprendiendo desde chico hasta que empecé a escribir canciones de tango. Pero para mi vida interior no es un antes y un después.

-Sin embargo, en vivo, a lo largo de tu carrera, no habías dado muestras de tu interés por el tango...

En vivo mi desarrollo protagónico y solista comenzó a partir del tango. Soy conocido como profesional, compartiendo espacios con grupos musicales en la labor de guitarrista o de... pero nunca de frontman, siempre el tango fue protagónico. El cantante protagónico comenzó así, con el tango.

-Pero tu carrera solista comienza con H2o, que no tiene rasgos tangueros...

Ya te digo, fue una búsqueda de un papel protagónico en mi carrera solista. Por eso comencé a presentarme como solista con una orquesta de tango. En ese lugar me encontré mucho más cercano a mi.

-¿El tango marginal del '40 es lo que más te seduce?

Vos te estás refiriendo a Tangos Bajos y a Ufa que son discos de 1997 y 1999. A partir de esos discos yo comencé a abrir la propuesta que comencé ahí, a una búsqueda sonora y estilística. Me ayudó ir conociendo todo el imaginario y el corpus de tango que tenemos en nuestro haber, más de 100 años de obra. Lo relacioné con música del mundo debido a mis viajes asiduos desde hace más de 10 años por todo el continente europeo y a conocer otros tipos de músicas regionales que encontré parecidos en el tango y sus relaciones. El tango mío, la manera de sentirlo, se fue ampliando. El último trabajo, Linyera (2014) y más atrás Corazón y Hueso (2011) y Maldito Tango (2008), por ejemplo.

-Pero justamente en Linyera, ¿no hay un anclaje con esa temática recurrente de los primeros dos discos?

¿Anclaje? ¿Qué sería un anclaje?

-Un punto de contacto, un punto en común...

Sí, bueno. Esa es mi labor como compositor, encontrar un camino, porque el problema que se me presenta y trato de resolver es no hacer un cambio estructural de la orquesta que me acompaña. Y tengo que pensar que las canciones nuevas van a poder acompañar las composiciones anteriores.

-¿Sentís que en los últimos años tuviste que explicar demasiado el paso del rock al tango?

Me parece un absurdo tener que explicar la música. La música se debería encargar de explicar todas las preguntas. Es como explicar un chiste. Explicar la música... Te puedo dar unos componentes técnicos de qué se trata, pero no creo en el que explica la intensión de la música. La música se termina de armar en el oído del escucha y no le podés explicar qué es lo que está escuchando. Le podés dar a posteriori la información de cómo fue hecho, pero no previamente.

-¿El ambiente del tango te hizo sentir que no venís del tango?

No, no. Primero, no creo que me tengan tan en cuenta, y segundo, hay gente cercana que me tiene en cuenta, me siento con mucho afecto hacia ellos. Como el doctor Luis Alposta, letrista que colaboró con Edmundo Rivero y Rosita Quiroga, gran compañero. Vio de adentro componiendo para Osvaldo Pugliese, gran amigo de Enrique Cadícamo. Estar con él escribiendo tango, es para mí estar adentro del tango.

      

-Sacaste un reggae cuando no estaba difundido en tu etapa con Los Abuelos, fuiste parte de la banda solista de Charly García, fundaste Los Twist, cambiaste con los Lions in Love y ahora tango. ¿Es cómo cambiar de piel?

No, son diferentes regiones que voy ligando, aprendiendo. No sólo en el recorrido de intérprete que es en el que te referís en esos casos, y de aprendiz de los grandes maestros, sino también en la labor de producción de estudio que es una relación paralela. También en la labor protagónica, de escribir y elegir el repertorio.

-¿Hubo algo que te desencantó para pegar el salto de una región a otra?

¿Si me arrepiento de algo que hice?

-No, pero, ¿te arrepentís de algo?

No, porque soy bastante exigente, porque me bajé de proyectos que no me interesaban. La diversidad de los caminos que recorrí... Cuando me tuve que correr me corrí sin ningún reparo. Simplemente por estar a gusto.

-¿Te ves saltando a otro género?

Tengo bastante camino por recorrer en este abundante continente.

-¿El rock no te desencantó?

Tenés que tener en cuenta que pertenecí al rock en una época, por casualidad o mérito, a una gran camada que no pasó desapercibida. No es que tenga las expectativas altas... Me marcó muy a fuego los comienzos de los '80, pertenecí a Los Abuelos, formé parte de la banda de Charly García, fui uno de los fundadores de Los Twist...

-¿Y extrañás algo de aquello?

No, y justamente porque fueron experiencias muy intensas. Sólo con mirar la gran cantidad de discos y propuestas de las que formé parte en períodos de dos o tres años solamente, entonces puedo decir que no me quedó nada por hacer. Nostalgias, sí. Pero no me quedó nada en el tintero de esa época.

-¿Y ahora, como tanguero, cuál es la época dorada del tango?

La que está por venir, la que está en formación.

-¿Qué implica?

La labor conjunta de los que estamos por nuestro tango, de nuestra música. Muchas veces decimos tango de una manera genérica, pero yo me refiero a toda la música argentina, con mi visión como tanguero, porque soy porteño. El folclore y el rock nacional son parte del tango.

-¿Llegaste a abordar el tango con Miguel Abuelo, aunque sea en charlas?

Miguel era muy callejero, tenía la cultura de la calle a flor de piel, eso implica en parte tener toda la postura y filosofía del lunfardo, aún sin practicarlo. El lunfardo no son sólo voces, sino posturas. Sin recordar ninguna charla de tango con él, recuerdo grandes momentos viendo sus escritos, sus poemas. De él aprendí una postura y una filosofía que va más allá de la música.

-¿Qué es lo más tanguero del rock?

Todo. El rock argentino, lo más cercano a la verdad, está cercano al tango. Luis Alberto Spinetta, Charly Garcia, Litto Nebbia, Moris, Tanguito, Fito Paéz, Andrés Calamaro... Hay mucho tango en toda esa poesía. Dejémonos de joder un poco con los géneros.

-¿Es una costumbre argentina esa de segmentar?

Es periodística la tendencia. No es de los artistas, porque no se fijan en la bandera, o al alambrado donde llegan. Tal vez algunos artistas terminan pensado de esa manera por la información que circunda...

      

-Bueno, en las disquerías está todo ordenado por ritmos, no por autores.

Por eso te digo, está todo influenciado. No proviene de los músicos, eso te lo puedo asegurar. Sí los músicos pueden estar influenciados por esta gran opinión externa que es dividir en estilos. Pero no estoy de acuerdo con responsabilizar a los músicos de rotular los géneros.

-Música a secas, entonces

Exacto. Es una gran búsqueda ya la música y el músico va detrás de los sentimientos, lo que lo conecta con ellos. Los géneros son rótulos que vienen a posteriori. Por eso, tal vez, de la mano del periodismo o los historiadores, gente que tiene en sus manos la posibilidad de teorizar lo que otros como los músicos hacen en la práctica.

-¿En qué otros aspectos te molestan los rótulos?

Los rótulos hicieron mucho daño en la historia de la humanidad, Tenemos tela para cortar con los rótulos, las banderas y las fronteras que hicieron estragos.

-¿Te va mejor afuera con el tango?

El argentino piensa en el tango con algo con olor a naftalina. Se está comenzando ahora a revalorizarlo. El gusto pasa por otro lado. El europeo es más ávido para el tango, gracias al desprejuicio.

-¿En serio pensás que acá recién "ahora" se lo revaloriza?

Ponerse en el lugar de juez, te llena de prejuicios, preconceptos, y nos limitamos a reducir la órbita de percepción, marcamos los límites antes de escuchar algo.

-¿Qué lugar pensás que te reserva la biografía de la música argentina?

Como un tipo que recorrió varios caminos, con bastante inquietud no sólo con la composición, sino también con los diferentes ritmos, la producción musical y la interpretación. La producción de bandas sonoras... Ahora termino una obra para una película. Y bueno, mi paso por el cine como actor en los últimos años también.

-¿Estás satisfecho?

-Sí, mucho. E inquieto por seguir.

Daniel Melingo se presenta este sábado 27 de junio a las 21 en el ND Teatro (Paraguay 918, CABA) para culminar la gira de presentación de Linyera.

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