Hollywood, líder de la industria del entretenimiento desde hace décadas, está al borde de la primera huelga general en los últimos 15 años. El último paro de guionistas duró alrededor de tres meses entre 2007 y 2008. En 2017, la organización estuvo a punto de paralizar sus actividades una vez más, pero antes de que se cumpliera el plazo el sindicato y la AMPTP alcanzaron un acuerdo.
El sindicato de guionistas estadounidense (WGA, por sus siglas en inglés), una asociación profesional que agrupa a los más de 11.500 escritores que están detrás de cada película o episodio de serie de televisión, están en negociaciones para extender el contrato con los estudios de Hollywood que vence este lunes.
En caso de no haber un acuerdo, una huelga podría comenzar este martes y paralizar al gigante de la industria audiovisual.
En ese contexto, los guionistas se quejan de que el furor de los servicios de streaming y plataformas afectó negativamente a su profesión y que están trabajando más horas por menos dinero.
Además, con la revolución de programas de inteligencia artificial buscan salvaguardas para evitar que los estudios utilicen esa tecnología para generar nuevos guiones a partir del trabajo anterior de los escritores.
Por su parte, la Alianza de Productores de Cine y Televisión, la asociación que negocia en nombre de los principales estudios, señaló que está buscando un contrato justo y equitativo, ya que cuentan con presupuestos ajustados.
En caso de que el sindicato decida ir a la huelga, los guionistas tienen prohibido trabajar en cualquier proyecto de televisión o cine. Se espera que programas nocturnos como 'The Tonight Show Starring Jimmy Fallon', 'Last Week Tonight with John Oliver' y 'Saturday Night Live', que utilizan equipos de escritores para elaborar chistes de actualidad, detengan de inmediato la producción.
Po su parte, Por otro lado, las plataformas de streaming, como Netflix y otras tantas, pueden evitar cualquier impacto inicial porque tienen acceso a programas y producciones en idiomas extranjeros fuera de Estados Unidos. No obstante, si el paro se prolonga podría retrasar el inicio de la temporada televisiva de otoño.
Las cadenas de televisión transmitieron repeticiones y más reality shows, mientras que el costo para la economía del estado de California se estimó en 2.100 millones de dólares.
Con la llegada de Peter Pan y Wendy, Disney sumó un título más al nutrido catálogo de remakes de sus clásicos animados, a la vez una tendencia y una estrategia que, provocando opiniones encontradas entre el público y la crítica, se consolida como el camino elegido por los estudios para acercarse a nuevas generaciones y reforzar su identidad en vísperas de su centenario.
Dirigida por David Lowery, la cinta que desembarcó ayer directo en Disney+ basada en la recordada película de 1953 sobre el niño que nunca crece es otro de los proyectos de las llamadas reversiones live action, término que en español se traduce pobremente a acción real o imagen real y que poco tiempo atrás no parecía necesario para distinguir un filme animado de uno realizado con actores y actrices de carne y hueso y escenografías palpables.
Es un movimiento que se impone en la grilla de los estudios más tradicionales de la casa del ratón Mickey hace casi una década, y ahora, las live action ya forman toda una categoría propia: la del traslado de fantasías dibujadas a mano a un plano material o a uno digital e hiperrealista, a veces para darles una segunda vida a sus antecesoras plano por plano, y otras para ahondar en personajes y tramas que abren un portal novedoso para ingresar a cada historia.
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