Espectáculos
Unos 700 espectadores que llenaban el Teatro Filarmónica de Oviedo para asistir a un encuentro de "mafaldólogos" sirvió ayer para conmemorar el 50 aniversario de Mafalda
Un "cumpleaños feliz" interpretado por los 700 espectadores que llenaban el Teatro Filarmónica de Oviedo para asistir a un encuentro de "mafaldólogos" sirvió ayer para conmemorar el 50 aniversario de la creación del personaje más famoso salido de la pluma del dibujante Quino.
Sobre un escenario que evocaba una viñeta de Mafalda, el humorista argentino recibió el homenaje de algunos de sus lectores más fieles y de varios de los mejores dibujantes españoles, que han hecho un recorrido sobre la influencia que Quino ha tenido en su vida y en su obra, en el caso de los segundos.
Conducido por el periodista y jurado de los Premios Príncipe de Asturias, Alex Grijelmo, el acto sirvió para que el humorista recordara a sus padres, unos emigrantes a Argentina nacidos en Fuengirola (Sur de España); al "lindo regalito" que supuso recibir la nacionalidad española o a la presencia de temas recurrentes en su obra para advertir en tono irónico: "me tienen harto con que todo es Mafalda, todo es Mafalda...".
De aquellas tiras sobrantes de una frustrada campaña publicitaria salió una joven inteligente, feminista y contestataria en una época que, a juicio de Quino, se sigue pareciendo mucho a la actual "por los desastres que sigue cometiendo el ser humano". En medio de un pequeño entremés teatral y al ritmo de canciones de The Beatles, "mafaldólogos" como el escritor argentino Rodrigo Fresán pasaron revista al universo de Quino poblado "de náufragos, militares, millonarios opresores y tímidos oficinistas".
Conducido por el periodista y jurado de los Premios Príncipe de Asturias, Alex Grijelmo, el acto sirvió para que el humorista recordara a sus padres, unos emigrantes a Argentina nacidos en Fuengirola (Sur de España); al "lindo regalito" que supuso recibir la nacionalidad española o a la presencia de temas recurrentes en su obra para advertir en tono irónico: "me tienen harto con que todo es Mafalda, todo es Mafalda...".
De aquellas tiras sobrantes de una frustrada campaña publicitaria salió una joven inteligente, feminista y contestataria en una época que, a juicio de Quino, se sigue pareciendo mucho a la actual "por los desastres que sigue cometiendo el ser humano". En medio de un pequeño entremés teatral y al ritmo de canciones de The Beatles, "mafaldólogos" como el escritor argentino Rodrigo Fresán pasaron revista al universo de Quino poblado "de náufragos, militares, millonarios opresores y tímidos oficinistas".
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