Después de haber dejado de ser maestra, ella se jugó por su pasión. Así fue como se pudo armar una carrera a base de talento.
Al principio de su carrera la relación con sus colegas bailanteros no fue la mejor, ya que Gilda estaba irrumpiendo de manera exitosa en un mundo machista y cerrado, lo cual generaba recelos y miradas de desconfianza hacia la nueva figura que nacía. El tiempo hizo que ella pudiera demostrar no sólo sus cualidades artísticas arriba del escenario, sino que con su calidez, dulzura y humildad pudo generar el respeto de muchísimos colegas como Antonio Ríos, Alcides, Ricky Maravilla y Pocho la Pantera, quienes estuvieron presentes el día de su funeral.

Dueña de una voz dulce, cálida y atrapante, esta maestra de grado devenida en cantante pudo lentamente conquistar el corazón de seguidores y fans que llenaban los bailes donde ella se presentaba. Con su carisma le hizo ganar el cariño y la devoción de la gente. Tanto era el afecto que le tenían que muchas madres alzaban a sus bebés enfermos para que ella pudiera besarlos y así curarlos. "Yo soy curandera", repetía Gilda, pero en cada baile que ella se presentaba la escena se repetía cotidianamente.

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Sus discos Gilda, la Unica, A Dios, Que no me Suelta la Mano y Corazón Valiente fueron un éxito tal, que por este último el 5 de marzo de 1996, en Metrópolis, recibió el disco de oro por la enorme cantidad de ventas. El CD Corazón Valiente incluía, entre otros, la canción que la llevó a ocupar el primer puesto en el ranking de todas las radios: Fuiste. Muchos creían que estaba dedicado a un amor perdido que ella había tenido en su adolescencia, pero en una de sus últimas entrevistas previas a su muerte, la cantante se encargó de aclarar, sin dar nombres, que se había inspirado en una historia de amor fallida que había sufrido uno de sus famosos colegas bailanteros.

Luego de separarse de su anterior marido, comenzó a tener una relación amorosa y profesional con Toti Giménez, quien terminó siendo su representante hasta sus últimos días. Es allí donde adopta el seudónimo de Gilda en homenaje al personaje que encarnaba en la película que llevaba el mismo nombre la inefable Rita Hayworth, a quien su madre admiraba profundamente. El nombre artístico que adoptó fue una demostración de gratitud a su madre, quien había intentado ponerle ese nombre en su nacimiento pero las leyes de aquellas épocas le impidieron anotarla con ese nombre en el registro civil.

Pasito a Pasito, No me arrepiento de este amor y Se me ha perdido un corazón, llegaron en sus próximos discos y el éxito en el interior del país empezaba a hacerse sentir en las largas giras que tenían que afrontar, pero a pesar de los largos viajes, Gilda nunca quería faltar a ninguna presentación: "No hay que fallarle a la gente que paga para ir a vernos. yo soy una mas de ellos". El tiempo hizo que comenzaran a llegar ofertas de países vecinos para presentarse como embajadora de la cumbia argentina, como por ejemplo el festival de la cumbia peruana que se realizó el 11 de setiembre de 1994, donde ya tenía una enorme cantidad de seguidores que deliraban con sus canciones.


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