Dicen que las celebraciones pueden resultar ideales para cerrar momentos de dolor o cicatrizar heridas difíciles. Y vaya que para Victoria Jesus Xipolitakis, la jornada que festejó este fin de semana, le vino como anillo al dedo. Es que el cumpleaños número 33 de Vicky llegó en medio de una semana intensa, llena de tropiezos y broncas. Después del nacimiento de su primer hijo, Salvador Uriel, en lo que fue uno de sus momentos más felices de su vida, la modelo vivió un difícil momento con su marido Javier Naselli, a quien denunció por el 911, por maltrato.
Así y todo, la griega más rebelde de nuestro ámbito del espectáculo, pudo festejar con los suyos. El departamento de Marcelo T de Alvear, donde tantos móviles intentaron saber las razones de su denuncia por agresión de su esposo millonario, fue el lugar elegido de la eventual “pilota de línea” (como supo describirse, en aquella controvertida nota), para apagar las velitas con sus seres queridos. Su mamá y papá, sus hermanos y amigos posaron para la foto enseguida, mientras algunos portales de noticias aseguraban que Naselli brillaba por su ausencia.
Mientras Victoria pudo imponer su condición a los organizadores (que todas las tortas y la decoración tuvieran forma de corazón), la vedette se encargó de resaltar una y otra vez su principal deseo. “Celebrar mi único amor, que es Salvador Uriel”, recalcó.
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Vestida de rojo, Xipolitakis aprovechó las historias de Instagram para exponer cada uno de los detalles y momentos vividos con sus seres queridos. Por supuesto no faltó su momento de intimidad con Salvador amamantándolo. “Mi mejor regalo”, describió.
Lo cierto es que, aún con las especulaciones, el hombre que puso en vilo a la policía (Javier Naselli), sí estuvo presente, aunque la anfitriona y homenajeada de la jornada haya elegido esconderlo, cuanto menos de las fotos promovidas, tanto de las redes sociales, como de algunos medios del corazón.
“Violencia verbal”, había sido la primera acusación que desplegó la griega a través de su queja formal, vía 911. No obstante de ello, el empresario y esposo, no fue denunciado como se especuló. Y la propia Vicky dio sus razones, más allá del temor y la bronca. “Sólo fue como un pedido de ayuda para ese momento. Fue algo de pareja y sentí llamarlos. Que filtren los audios me parece una falta de respeto total, cuando sabían que no quería que se sepa nada. No hice denuncias ni dejé constancias, ni nada. ¿Y me despierto a la mañana con eso, que son cosas privadas? No puedo confiar más en la seguridad”, había explicado, días antes del cumple. Por fin, la fiesta llegó para aquietar las aguas.
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