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La segunda película de Greta Gerwig es una comedia adolescente que rompe todos los tradicionalismos del género y cuenta con actuaciones de primer nivel
La primera impresión que uno puede llevarse a los primeros minutos de Lady Bird es que se encuentra frente a una nueva sucesora de esas incorregibles comedias de adolescentes que se adueñaban de las videocaseteras (sí, estoy hablando del VHS) de mediados de los ´80 hasta principios de los ´90.
Pero nada más escuchar el tema de “Hands in my pocket” de Alanis de Morisette alcanza para ver que no estamos ante la visión de un director recién salido de una escuela de cine que quiere divertirse sino de una artista como Greta Gerwig que hizo esto para contar una historia con mucho de autobiografía. Realmente ese tema cambia toda percepción.
No es por nada que Gerwig ha obtenido una merecida nominación al Oscar con Lady Bird, la historia de una joven que sueña con ir a una Universidad a estudiar letras mientras debe soportar interminables jornadas en una escuela católica, donde lo único que le importa es mostrar su cinismo a los profesores.
La maravillosa Saoirse Ronan compone a Christine, alias Lady Bird, y demuestra que a pesar de sus 23 años puede interpretar a una adolescente, a una persona adulta o al personaje que le pongan por delante. Es una actriz versátil, cuyo rostro no se corresponde necesariamente con su edad y que ya ha sido nominada en dos oportunidades anteriores, en 2008 por Expiación, Deseo y Pecado y en 2016 por Brooklyn.
El trabajo de Ronan no podría estar completo sin el incomparable aporte de otros intérpretes de lujo como Laurie Metcalf (Marion, la mamá), Tracy Letts (Larry, el papá), Beanie Feldstein (Julie, la mejor amiga) y un largo reparto que incluye a Timothy Chalamet, nominado como mejor actor por otra película.
Gerwig, una actriz con más de una década de experiencia en cine y TV, sabe jugar con los tiempos de la historia y coloca detalles de humor escondidos en las escenas dramáticas para edulcorarlas y no perder el sentido original de la historia.
La rebeldía, el despertar sexual, los sueños, las amistades y la familia, no hay un tema que Gerwig deje de lado en tan sólo una hora y media; y todos ellos encadenados de manera creíble y efectiva en una comedia adolescente hecha para romper el molde. Súper recomendable.
le.
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