La intensidad que manejaron Defensa y Justicia y Vélez en el Tito Tomaghello invitaba a ilusionarse con un partido cargado de emociones. Sin embargo, a esa porción de juego de ida y vuelta le faltó el condimento más importante: el gol. Ambos fueron de mayor a menor y el tablero terminó en blanco.
La escuadra velezana fue fiel a la idea de Gareca de salir de abajo con pelota dominada y esta fórmula fue música para los oídos del Halcón, que, como sabe estar acostumbrado, salió a presionar alto. Dicha condición hizo que el duelo sea friccionado, que los espacios se achiquen y que el cuero encuentre, finalmente, como mejor aliado al dueño de casa.
Es que Defensa se mostró más inteligente para saber cómo manejar el balóny lastimar el arco de Leonardo Burían. De hecho, en el primer tiempo tuvo las chances sobresalientes por intermedio de la conducción de David Barbona, que jugó e hizo jugar. Como cuando tras una gran maniobra individual cedió la número 5 para que el remate de Uvita Fernández pase apenas por arriba del travesaño.
Por los costados el Halcón voló muy alto. Por izquierda, Santiago Solari otra vez puso en apuros al Cachorro Burián con un disparo a colocar que llegó a desviar el arquero con la yema de los dedos.
En el complemento el Fortín se acomodó y por las alturas intimidó al equipo de Julio Vaccari, ex DT de la reserva del club de Liniers. Primero avisó Diego Godín y luego Lucas Pratto, aunque ambos frentazos salieron por arriba.
Vélez mostró más méritos en el desenlace del encuentro. Se prestó a jugar cerca de Ezequiel Unsaín y casi se lleva los tres puntos. No obstante, se desequilibró cuando José Florentín vio la roja por doble amonestación.
Defensa no supo sacar provecho del hombre de más y sumó un punto que no le sirve de mucho en sus aspiraciones de pelear la punta (con 15 unidades, quedó a 3 de River, que todavía no jugó). Y, encima, lleva 4 sin poder ganar. Para Vélez, el gusto fue otro porque el punto le conviene para seguir sumando en esta nueva era de Ricardo Gareca.
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