Racing le dio el golpe de gracia a River en el torneo: le ganó 3 a 2 y lo sacó de las mínimas chances que tenía de pelear un poco más la punta frente a Boca. La Academia le ganó bien a pesar de la patriada del final y de este modo los de Gallardo se despidieron del torneo de manera definitivamente para tener que conformarse con el objetivo de tener la plaza de la Libertadores del 2018 a la que llegará si le gana a Aldosivi el miércoles que viene en la anteútima fecha del campeonato.
Cuando a los 15 minutos de juego, llegó el primer centro al arco de Batalla era imposible imaginar que Racing podría andar de festejos en virtud que todo había sido del equipo de Gallardo. Pero el fútbol tiene la magia de lo inesperado y entonces Rojas no pudo despejar, la pelota quedó dando vueltas en zona de peligro y Martínez Quarta fue a rechazar con la mala suerte a cuesta. Lautaro Martínez por las dudas quiso impedir el despegue y se llenó de fortuna. La pelota le dio en la suela al de Racing y se clavó en el segundo palo del arco millonario. Los momentos hacen los partidos y ese momento ordenó el desarrollo de lo que vendría, por que todo lo bueno de River en el primeros minutos con absoluto dominio quedó condicionado al fastidio y a los nervios de tener que remar contra la corriente.
Lo que vino luego fue un equipo manejando la pelota sin profundidad hasta el borde del área grande y con pocas chances de empatar con jugadas peligrosas y enfrente una Academia destinada a la cotra. En ese primer tiempo lo poco que llegó el Millo no lo pudo rubricar ni en posibilidad de empate, en cambio los de Cocoa tuvieron dos contra exactas que no fueron goles por la buena mano de Batalla y por la lentitud de Licha López para poder quedar frente al arco y definir. Con un sistema super defensivo, los de Avellaneda se iban al descanso con una victoria que al menos desde las situaciones era totalmente justificada.
El segundo tiempo casi que no le dio chances a River de hacer pesar su buen manejo y su buenas intenciones ofensivas. En un córner los centrales se durmieron y Barbieri le ganó a todos en lo alto para darle de frente al gol y alzar un 2 a 0 que fue como un cachetazo. Todo estaba juzgado y no había modo de dar vuelta la historia porque Acuña atacó el espacio y de golpe se encontró mano a mano con Batalla que salió mal y tarde y le resolvió todo al volante de la selección para el tercero y para que el Millo ya no tenga chances matemáticas de alcanzar al puntero. El gol de Larrondo de cabeza fue un poco de anestesia para que el golpe no duela tanto y el de Maidana sobre los 40 minutos le cambió la cara al final del juego que parecía destinado a una derrota mucho más dura.
El parate tras la derrota ante San Lorenzo y los dos triunfos de Boca de manera contundente deben haber sido un golpe demasiado frustrante luego de la levantada que hizo el equipo en este semestre y que en un momento lo puso a un punto de Boca. Ahora River deberá pensar en el partido del 4 de julio frente a Guaraní en la ida de octavos de la Copa y en sumar un triunfo en los dos partidos que quedan para poder cerrar de manera positiva el objetivo de estar en la Copa Libertadores del 2018.
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