Mientras se rumorea su vuelta a Boca, Daniel Osvaldo no da pie con bola en el Porto de Portugal, su actual club.
El delantero no tiene continuidad y tampoco le acierta al arco: un solo gol en 11 partidos. Y a este flojo presente se le sumó una jugada descalificadora. El futbolista le aplicó un certero planchazo a un rival de Unión Madeira.
Al margen del patadón, su equipo se impuso por 4-0 ante un rival de poco fuste.
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