El andar del equipo pone a la gente para el Diablo

Así como a lo largo de las últimas fechas otros resultados le garantizaron a Independiente su tercer lugar pese a que no ganaba, esta vez la chance que le otorgaron otros partidos no fue aprovechada: el Rojo tenía que ganar y recuperaba, aunque compartiendo la plaza, su lugar en el último cupo de ascenso.

La gente saca cuentas y los resultados le empañan la existencia. Porque en los últimos 11 partidos, apenas cosechó 12 puntos y aunque en las nueve fechas restantes la taba puede cambiar, el 36,36 por ciento de efectividad que ostenta no contagia al público de optimismo.

No poder ganarle al penúltimo de la tabla, de hecho, agiganta el pesimismo de cara al partido ante Crucero del Norte, otro juego clave en la pelea por el tercer ascenso. El horizonte tiene cinco partidos como visitante y cuatro como local -uno de ellos nada menos que ante Defensa y Justicia-, aunque tal vez por el clima de Avellaneda, configure un escenario poco ameno como para contar la localía como ventaja. Claro que afuera tiene al equipo misionero, a Gimnasia en Jujuy, luego a Ferro -a priori el menos complicado-; Douglas en Pergamino -que hará el juego de Almirante-, y por último a Instituto, hoy en la misma pelea del Rojo.

Si se pudiese analizar la situación de manera abstracta -despojado de la ansiedad que tiene el hincha-, hay que entender que Independiente está a apenas dos puntos de la plaza que le otorga tranquilidad. Pero, en un club en que el plantel no tiene dialogo con el presidente -ya no viaja con el plantel ni entra al vestuario-, la oposición ocupa roles insólitos -Noray Nakis sí estuvo anoche en el camarín- y las elecciones anticipadas son un fantasma recurrente, encontrar sosiego parece imposible