La gran alegría que vive el hincha de Independiente tiene un costado preocupante: el posible alejamiento de Ezequiel Barco, el joven que deslumbra en el mundo rojo. Por eso, se empezó a activar el operativo para lograr que el talentoso futbolista se quede, teniendo en cuenta que la Copa Libertadores, el prioritario objetivo del Rojo y algo que es muy caro al sentimiento de todos los hinchas, lo espera.
Ya en la noche del miércoles, mientras el mítico estadio Maracaná era testigo de la vuelta olímpica de Independiente, el entrenador Ariel Holan lo “chicaneaba” detrás suyo pidiendole varias veces que: “¡No te podés ir ahora, eh! Tenés que jugar la Copa Libertadores”.
No ayudan tampoco a alimentar la ilusión las declaraciones del jugador que cree que, a los 18 años (los cumplió en marzo), ya llegó el momento de pegar un salto.
“Todavía no pude charlar con el Tata (Martino, DT del equipo estadounidense que sería su próximo destino). Creo que el pase se cierra en las próximas horas. Faltan algunos detalles” dijo el jugador.
Barco confesó que de irse lo hará “de la mejor manera” y elogió al entrenador Ariel Holan, quien lo hizo “crecer futbolísticamente”. “Independiente me dio todo. Fue un sueño cumplido lo que se dio. Me tenía mucha confianza en el penal que convertí”.
La postura que quiere la gente, estuvo en boca de Pablo Moyano, el hijo del titular del club quien aclaró que “no recibimos ninguna oferta concreta, pero con el partido que jugó ya aumentó el precio”.
Además el técnico graficó con una frase muy elocuente y haciendo un paralelismo con el jugador brasileño: “Si vale 47 millones de euros Vinicius, a Barco no lo podemos vender en doce”, sostuvo Holan.
Pasados ya los ecos de la gloria, ahora este desafío le espera a Independiente.
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