Un 19 de agosto como este viernes, pero de 1984, Diego Maradona debutó en Napoli y comenzó su historia con el club italiano y su ciudad, donde generó con su fútbol una revolución por la que hoy allá es considerado un Dios y tiene un santuario. Su estreno fue en un amistoso, ni más ni menos que, contra el River del Tolo Gallego, Beto Alonso y Enzo Francescoli, porque Napoli le debía plata al Millonario por el pase de Ramón Díaz en 1982. El 10 compartió ataque con el argentino Daniel Bertoni.
La hinchada del Azzurri copó su estadio San Paolo (que hoy lleva el nombre de Pelusa) con 85.000 personas, que algunas llevaron banderas de Boca para recibirlo. Además, un auxiliar del club les tiró gallinas a los jugadores de River. Fue empate sin goles, en un duelo decepcionante para los jugadores que había en cancha y en donde Diego hizo un gol con la mano que el árbitro vio y anuló. Quizás por eso, por el flojo espectáculo, no es tan recordado dicho encuentro.
Los títulos de Clarín del día siguiente reflejaron una leve superioridad del equipo argentino. “River empañó el debut de Maradona” y “River les achicó la fiesta”. Según escribió De Biase, “el partido obligó al público a retirarse mansamente, sin euforia. Se notó la diferencia entre Diego y el resto. Maradona más o menos cumplió. Más o menos porque no es fácil jugar cuando se intenta tocar y no hay respuesta”. El Gráfico sentenció: “En este momento el Napoli no está a la altura de su gran estrella. Tiene varios jugadores muy rústicos, muy a la italiana, hablando de un segundo nivel”.
La formación del Napoli fue: Luciano Castellini; Constanzo Celestini, Bruscolotti, Raimondo Marino, Simone Boldini; Pasquale Casale, Ferarrio, Maradona; Bertoni, Domenico Penzo y Paolo Dal Fiume. El entrenador era Rino Marchesi, que sería echado a fin de la temporada. Y ésta la de River: Carlos Gay; Gordillo, Jorge Borelli, Nicosia, Olarticoechea; Enrique, Rubén Gallego, Alonso, Roque Alfaro; Francescoli y Teglia.
Tras el partido, Maradona habló con el periodista Juan De Biase. "Sentí que las 80 mil personas eran parientes míos, esto es muy diferente a lo que viví en Barcelona. Ahí me querían, pero lo que me está pasando en Nápoles es como un sueño", expresó y eso que recién empezaba a vestir su camiseta. "El Napoli se entrenó todo este tiempo para defenderse, y eso nos pasó contra River. Ellos jugaron un gran partido y nos sacaron la pelota. Nosotros salimos como los indios, de a uno, y nos comimos las paredes de Enrique, Alonso y Francescoli", analizó Diego.
"Me siento bien. Venir a Nápoles fue un volver a vivir. La gente aquí te da cariño, lucha y se parece mucho a la argentina. ¿Si estoy para responder a la expectativa creada? Sí, porque creo en Maradona, más que nunca. Antes tenía un montón de dudas. Ahora estoy lo suficientemente maduro", lanzó y no fueron palabras vacías. Ya que después, el 10 sería el conductor de la etapa más gloriosa del club, gloria a tal magnitud que ni había estado cerca de imaginarse su hinchada. Jugó 259 partidos, marcó 115 goles y dio 78 asistencias en Napoli. Levantó cinco trofeos: dos Series A, una Copa Italiana, una Supercopa Italiana y una Copa de la UEFA, hoy llamada UEFA Europa League.
comentar