En las últimas horas, deseos de tintes políticos empezaron a manifestarse en torno al destino de la gran final de la Copa Libertadores. El primero en hacer público este condimento fue Rodolfo D’Onofrio, el máximo dirigente de River, quien reveló la voluntad de Mauricio Macri de que el partido se juegue en el Monumental con la presencia de la hinchada local.
Ahora, en sintonía al Presidente de la Nación, Horacio Rodríguez Larreta habló en radio Berlín y dejó clara su intención de mostrarle al mundo su capacidad de manejar un evento de esta magnitud. “El partido puede hacerse en la Ciudad. Si debe hacerse, eso lo define la Conmebol”, explicó.
Por otra parte, el Jefe de Gobierno fue autocrítico con el operativo del sábado pasado en los alrededores del estadio y aseguró que no se volverán a repetir. “Hubo una falla en el operativo, lo dijimos con todas las letras. El hecho de que haya habido una falla no quiere decir que no se pueda corregir", aseguró.
“La prueba está en que dos semanas antes se pudo hacer en La Boca, que tiene calles más pequeñas, más intrincadas, entraron y salieron 60.000 personas y no hubo incidentes", agregó para argumentar su posición.
Más allá de la voluntad de las autoridades y el empuje del mandamás Millonario, su oportunidad parece haber pasado y todo apunta a que el partido entre Boca y River se disputará en Qatar donde la suma para los equipos es muy tentadora: 13 millones de dólares que se sumarían a los 9 millones en premios de la Conmebol.
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