Ángel Correa, campeón del mundo con la Selección Argentina en Qatar, recordó su operación de corazón en 2014 con tan solo 18 años y su dura infancia. "Si sale todo mal, me voy con mi papá, que lo extraño mucho y si sale todo bien quiero ser futbolista", contó que era su pensamiento antes de la operación.
Ángel, quien nació en Rosario y se formó y debutó en San Lorenzo, deslumbró con su talento desde jovencito y con 18 años viajó a España con toda la ilusión de firmar contrato con Atlético Madrid. Sin embargo, en la revisión médica le informaron que tenía que someterse a una microcirugía cardíaca para sacarle un tumor benigno.
"En ese tiempo todavía era muy reciente la pérdida de mi papá y de mi hermano. 'Si sale todo mal, me voy con mi papá, que lo extraño mucho y si sale todo bien quiero volver a ser futbolista'. Lo único que pensaba era en esas dos cosas", reveló cómo llevó ese momento en una entrevista con Marca.
"Fue muy duro, con 18 años. Llegar por primera vez a Europa, nunca había viajado para acá. Fue un golpe muy duro encontrarme eso en la revisión médica, pero por suerte salió todo bien, pude entrenar y sentirme futbolista a los pocos meses", agregó el atacante que lleva nueve temporadas en el Atlético Madrid.
La infancia no fue fácil para Angelito, ya que con solo diez años perdió a su papá y casi que se hizo cargo de su familia con su madre. Reconoce que cree que las cosas que le pasaron "no son normales para un chico", pero que lo hicieron crecer mucho y al mismo tiempo hacerse fuerte.
"En ese momento no lo pensaba, no me daba cuenta, era inocente. Lo que tenía claro era que lo poco que me pagaban por jugar a la pelota se lo daba a mi mamá para que ayudara a dar de comer a mis hermanos, que éramos diez. Eso me daba felicidad por ayudar a mi mamá y a mis hermanos", contó Correa, campeón del mundo y desde mucho antes de la vida.
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