El arbitraje y el VAR no pasaron desapercibidos en el clásico entre Independiente y River en el Libertadores de América. La polémica dijo presente en una particular decisión de Fernando Rapallini, que desestimó un penal cometido a Miguel Borja y dijo "siga, siga" después de ver la jugada en la pantalla.
Ocurrió a los 15 minutos del segundo tiempo. Sergio Barreto forcejeó con el colombiano dentro del área mientras aguardaban un centro desde la derecha y le metió un cachetazo en la cara al delantero, que cayó al piso acusando el golpe.
Desde la tecnología llamaron al árbitro e inmediatamente Rapallini se dirigió al monitor para observarla. Después de unos pocos minutos, se dio media vuelta y sostuvo su idea de que era una acción lícita.
Si bien Borja había ido al choque de cuerpos en el área, no se justifica el manotazo en la cara de Barreto al atacante. Pero el juez omitió la falta y fabricó la polémica del clásico, que terminó ganando el Millonario con un gol de Suárez a los 92 minutos.
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