La última reunión entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y el titular de la AFA, Claudio Tapia, fue breve, informal, pero productiva: una vez que se cumplan con los amistosos que restan, la selección mayor de fútbol podría dejar de jugarlos para integrarse al lote de nuevos competidores de la Liga de Naciones, un proyecto que todavía no tiene consenso en el ámbito de Conmebol.
El encuentro se dio a fines del mes pasado en Italia, donde se organizaron los premios The Best. En ese marco, Tapia le expuso que el comienzo de la Liga de Naciones -un torneo que reemplazó a los amistosos en Europa- repercutió de manera negativa a la hora de encontrar rivales de fuste para los amistosos del seleccionado argentino.
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Infantino admitió la posibilidad de aunar en un mismo torneo a todas las confederaciones para incrementar los ingresos televisivos en las “fechas FIFA”. Esto significaría que, durante dos años y alternando las eliminatorias, podrían existir cruces de selecciones “por los puntos” y dejar de lado los amistosos. En materia económica, esto será más redituable que los ingresos por amistosos.
El comité ejecutivo, entonces, resolvió otorgar el “derecho de preferencia” a las propuestas que lleguen de la FIFA y que tienen como “negociador” a Tapia.
En la actualidad, la empresa Torneos le adelantó los pagos a las distintas administraciones que tuvo la AFA tras la muerte de Julio Grondona, de manera que aunque todos los rivales que enfrente hasta la última fecha FIFA antes del mundial de Qatar, no generarán ingresos para la asociación. En tanto, la empresa le cede la organización a un tercero que se encarga finalmente de elegir rivales disponibles.
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