Pragmático. Entrador en el jugador y buen conductor de grupos. A Gerardo Martino no se le recuerdan entuertos con sus planteles, de esos que llevan a un entrenador a un callejón con salida. Sabe resolver situaciones y llenar de dignidad su profesión, aun inmolándose públicamente como cuando cerró anticipadamente su ciclo en Barcelona cargándose responsabilidades adicionales a las suyas específicas.
Pero por sobre todas las cosas, Martino sabe elegir y darle comodidades a sus futbolistas, en particular a aquellos que necesitan ciertas libertades para que se potencien y potencien al conjunto. Su elección como DT del seleccionado era hasta lógica. Se sabía que en algún momento y en virtud de sus antecedentes y preparación, el Tata tendría a su cargo con su grupo de trabajo, la Selección Argentina, en una edad apropiada que ronda y apenas sobrepasa los 50 años, edad que actualmente mejor "pega" en planteles que promedian entre 25 y 28 años y en tiempos en los que, lamentablemente, la figura del director técnico "veterano", de larguísima trayectoria, cuesta imponer en las nuevas generaciones.
Su lapso en Paraguay, su estilo impuesto en el ámbito local en Newell's y su salto por una temporada en Barcelona dirigiendo estrellas fueron su fogueo exacto. El punto justo para llegar a la AFA. Y se le dio.
A algunos entrenadores, en tales circunstancias, le cabe una duda que se generaliza en los demás: ¿estará a la altura o "chocará la Ferrari en la primera curva"? Martino tiene base como para estar a la altura, sin dudas. Sus primeros resultados en los ensayos post-Mundial tuvieron resultados diversos, pero de entrada marcó pautas: respetar y cuidar la condición física de Lionel Messi y abrirle la puerta de ingreso nuevamente a Carlos Tevez.
Pero desde un punto de salida "de batucada", para la tribuna, sino desde un punto de vista táctico. Martino no quiere caer en la tentación que alguna vez llevó a Maradona y a Batista a sumar individualidades jerarquizadas en ataque sacudiendo el balanceo del conjunto.
El Tata dejó en claro que en su consideración, Tevez es punta y que a al efecto competirá con el Kun Agüero y el Pipita Higuaín. Otro aspecto que trazó Martino a partir de su llegada tiene que ver con el sistema táctico básico a implementar.
El esquema que más le gustaría desarrollar: el 4-3-3. Pero dejando en claro que no se ata ni se atará a algo rígido, teniendo en Messi a un eje constructor de ataque partiendo desde la ubicación que más pueda hacer doler al rival de turno, para luego abanicar el juego por todo el frente ofensivo.
La Copa América será el primer objetivo por los puntos y un título. En Martino está la cosa.
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