En su carrera ya superó muchas situaciones difìciles que lo tuvieron en el ojo de la tormenta. Tiene el respaldo de sus compañeros. Declarará en la AFA y estará una semana a la espera de la sanción

Temperamental y sanguíneo. Ganador y muy fuerte desde lo mental. Así es Agustín Orión, el arquero que está en boca de todos tras protagonizar el último fin de semana la jugada en la que se fracturó el delantero de San Martín de San Juan, Carlos Bueno. Hoy el arquero titular de Boca se presentará en AFA a hacer su descargo, aunque se sabe que el informe del árbitro habla de "juego brusco y uso desmedido de la fuerza", lo que abre la puerta para una sanción de entre cuatro y seis partidos.

Desde su entorno aseguran que por su carácter y su personalidad "va a salir adelante una vez más", como lo hizo en otros momentos de su carrera donde quedó en el centro de la tormenta. Y que "ni piensa" en perder el puesto o "en un futuro fuera de Boca" por lo que vivió el último fin de semana. Eso sí: estará en "vilo" a la espera de conocer la semana que viene la sanción que le aplicará el Tribunal de Disciplina, que si es de cinco partidos lo dejará afuera nada menos que del superclásico ante River.

Mientras tanto, y sin entrar en la polémica que se instaló en el ambiente sobre su culpabilidad o inocencia del "1" de Boca y partiendo de la base que lo del domingo se trató de una desafortunada acción del juego tras una acción típica de un arquero, en esta nota se reseñan todos los incidentes que protagonizó dentro y fuera de la cancha el arquero que fue mundialista el año pasado, a lo largo de su historia profesional.

En el verano de 2008 se cruzó feo con Radamel Falcao, por entonces en River, y tras una acción fuerte del delantero, Orión lanzó la amenaza que quedó grabada a fuego. "Te voy a romper todo y te voy a mandar al hospital", fue el mensaje, cara a cara, que recibió el colombiano. A los pocos meses se volvieron a cruzar en un juego de Copa Libertadores y Orión lo tildó de "mala leche".

Su final en el Ciclón Esa misma Libertadores 2008 no siguió bien para el arquero. En la instancia siguiente, ante Liga de Quito y en el Gasómetro, se puso a hacer jueguitos, perdió el balón y recibió un gol que, a la larga, decretó la eliminación del por entonces de equipo de Ramón Díaz y marcó su divorcio definitivo con el hincha del Ciclón y cortocircuitos internos con Jonathan Bottinelli y el propio entrenador.

Durante ese mismo 2008, y mientras presenciaba en la platea de Lanús un partido de Midland, su club familiar y barrial, se tomó a golpe de puños con varios allegados de Berazategui.

Tras un paso bueno por Estudiantes llegó a Boca para convertirse rápidamente en referente. Con presencia fuerte dentro de un vestuario muy pesado, nunca se encolumnó detrás de la figura de Juan Román Riquelme.

En 2010 lesionó feo a Leandro Paredes en una práctica y tirándose de atrás y el año pasado recibió a los golpes a Pablo Ledesma en los pasillos del predio de Casa Amarilla.

Con toda la banca Claro que sus compañeros lo bancan en este momento. "Agustín es una pieza fundamental del equipo y hay que respaldarlo para que supere este mal trago", dijo su reemplazante Guillermo Sara. En tanto que Andrés Chávez afirmó que "lo que pasó fue una desgracia en una jugada común".


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