Ponzio: "Siento una quemazón en todo el cuerpo"

Leonardo Ponzio, uno de los jugadores más afectados por este atentado deportivo, el del gas pimienta, fue claro al declarar ante las cámaras: "Parece que esto es más que una guerra, no es un partido de fútbol".

La pelota fue de un lado para otro. Porque mientras los jugadores de River se encontraban afectados en la manga, y tanto el juez Herrera como sus asistentes se acercaban al tumulto, la historia ya pintaba para no tener un final la noche de ayer. De un lado los jugadores de Boca, que enfocados por la cámaras televisivas alentaban para que el partido se juegue y siga como si nada. Del otro los visitantes, los agredidos, River, que hasta contó con la banca de su presidente Rodolfo D'Onofrio pues dejó el palco en el que se encontraba para entrar al campo de juego e ir a buscar al referí para decirle que así no se podía continuar. Para colmo, en el medio, calenturas. Enojos del entrenador xeneize Rodolfo Arruabarrena con el pope riverplatense y, más tarde, con su par Marcelo Gallardo.

En total, entre tanto tole tole, protesta, cara larga, jugador con lágrimas por los efectos directos del gas, y un clima realmente convulsionado, la Conmebol y su gente le puso punto final al patético espectáculo luego de unos setenta y cinco. "Somos una sociedad bastante complicada y parece que esto es más que una guerra, no es un partido de fútbol", dijo Leonardo Ponzio, uno de los jugadores de River más afectados por los efectos del gas pimienta al que estuvo expuesto previo a saltar al campo de juego.

Por su parte Juan Angel Napout, el mandamás de la Conmebol, aseguró: "La tardanza fue por el sistema de evacuación. Que el partido se iba a terminar suspendiendo era sabido ni bien ocurrió todo"