La desafectación de Trezeguet sin consultar al Kaiser fue el primer aviso, luego apareció el tema de la pretemporada, y ahora vienen las negociaciones por los refuerzos que maneja su representante Adrián Castellano.
Ramón Díaz no es hombre de sentarse a escuchar las novedades, más bien es el gestor de las novedades y en este inicio de temporada su poder está más fortificado que nunca y algunos gestos lo evidencia. La limpieza en el plantel, el tema de la pretemporada y ahora la marcha de las negociaciones de los refuerzos van poniendo sobre la mesa la idea que tras un semestre calmo y dócil, el Pelado obtuvo los superpoderes que le da su espalda exitosa y ya los empezó a poner en práctica.
En su primera etapa veraniega, anduvo en calma y de los tres refuerzos que pidió le trajeron sólo dos y uno sólo era un nombre de su lista. Lejos de quejarse, metió violín en bolsa y se dedicó a potenciar lo que tenía hasta llevarlo a un segundo puesto y a una clasificación a torneo internacionales. Quedó como el Papá de esta mini resurrección y cerró el semestre con una frase que presagió el porvenir, "ahora el protagonista es Passarella y la dirigencia". Luego cuando el káiser estaba tratando de ver cómo pensaba esa frase se enteró por los medios que Trezeguet encabezaba una lista de borrados entre los que además estaban Pírez, Martínez, Acevedo y Abecasis.
Trezeguet a quien tres meses atrás le dijo que se opere para la segunda parte del año, fue un golpe para Passarella que veía en David un manager para el futuro y uno de sus logros junto a Ponzio. Es más el mismo Ponzio estuvo al borde de estar en esa lista, pero Ramón se guardó la carta.
Los directivos sintieron el aviso del poder de Ramón y Passarella le respondió con un "si le traemos todo debe salir campeón". La contra se agotó en el intento, porque a los pocos días ya le estaba manejando la agenda de las negociaciones hablando con jugadores e intermediarios y poniendo en el medio de todas las charlas a su representante, Adrián Castellano. "Es como un consejo de fútbol paralelo, arman las negociaciones y te la traen para que las cierres", le confiaron a este Diario desde River y la pretemporada fue una señal. River desde el principio nunca quiso ir a Salta y rememoraban el invierno con Cappa y con todos esos refuerzos que luego terminarían en el descenso. Fueron días de nieve, frío y la mitad del tiempo no pudieron entrenar. "Ni locos vamos a Salta", le dijo a este diario la semana pasada un alto directivo y agregó "encima está Independiente que se fue al descenso, sólo falta que armen un amistoso". Ramón desde Miami con un llamado cerró la pretemporada en Salta y dejó mudos a los directivos.
Por este camino irán pasando las charlas de los refuerzos y nombres como los de Fabbro o Lucas Orban serán testigos de los superpoderes que Ramón ya empezó a hacer pesar.
comentar