“La conversación más importante que tuve con Messi fue después de la derrota con Arabia. Teníamos libre y podíamos ver a los familiares pero ni él ni yo queríamos ver a nadie. Estuvimos cinco o seis horas juntos y nos dijimos todo. Leo empezó diciéndome ‘este puede ser el último partido’ y terminamos diciendo ‘a Mexico lo liquidamos’. Fue muy significante”, reveló Rodrigo De Paul, campeón del mundo con la Selección Argentina en Qatar.
Luego, De Paul contó que tiene un ritual inalterable en la concentración con Messi. “Durante cada concentración a las 9:30 de la mañana le toco la puerta para tomar mates. Una o dos veces me quedé dormido, llegué como a las 10 y no sabés la cara de culo que tenía. No me puedo demorar ni veinte minutos”, detalló, entre risas. Y agregó: “Es muy difícil ser Messi, y él está ahí las 24 horas jodiendo con nosotros. A veces se va a acostar y yo voy y lo saco de la cama, porque se que él también quiere que yo haga eso”.
Uno de los momentos cruciales del histórico título fue la lesión que sufrió en la previa de los cuartos de final contra Países Bajos que casi lo deja afuera del resto de la competencia. “Lo primero que me dijeron era que tenía para doce días. La lesión no me permitía entrenar. Yo siento que fue un milagro porque hasta la noche previa no sabía si iba a poder pero sentí que tenía que estar”, comentó el volante del Atlético Madrid.
Por último, en este diálogo con AFA Estudio, De Paul consideró que lo mejor de ser campeón del mundo es la sensación de “transmitir felicidad” a los argentinos. “Que la gente te diga todo el tiempo ‘gracias’ y que los hiciste pasar el momento más feliz de su vida, ese el mayor regalo de ser campeón del mundo”, concluyó.