San Lorenzo cumplió el objetivo más grande que se planteó en su centenaria historia. Luego 35 años volverá a Boedo, la tierra de donde fue despojado por el intendente Osvaldo Cacciatore y la mafia de la dictadura militar el 2 de diciembre de 1979. Pero en ese predio de avenida La Plata, Las Casas e Inclan deberá realizar una inversión millonaria que incluye la construcción del estadio, una escuela pública, estacionamientos subterráneos, espacios verdes y pagarle más de 30 millones de pesos a la empresa Carrefour para el desarrollo de otro supermercado.
Un retorno que se hace entre la aprobación de los más fanáticos hinchas, y vecinos de las viviendas cercanas que se plantean los perjuicios que le podría acarrear para su vida cotidiana la afluencia de miles de personas cada dos semanas.
La avenida La Plata es la arteria que comienza en el modesto barrio de Almagro y se funde en el sur de la ciudad, entre restos de fábricas, antiguos galpones venidos a menos y viviendas de trabajadores. Al 1700 de ese sendero en el que coinciden cinco líneas que colectivos, taxis y autos particulares como ladrillos Lego, se erige el supermercado Carrefour sobre un terreno que llevó una disputa de años, una batalla para terminar con "la deuda de la democracia"; aunque también algún comunista se pudo haber motivado por la lucha de un club de fútbol contra el capitalismo francés.
Esas tierras le darán paso nuevamente a un estadio para San Lorenzo. "Nosotros creemos que el año que viene se va a estar iniciando la obra", aseguró Adolfo Resnik, integrante de la Subcomisión del Hincha. "Como dijo Lammens, al menos en 2015 vamos a estar poniendo la piedra fundamental".
Resnik, o directamente Res, como le dicen los Cuervos, fue uno de los pocos que comenzó a hacer ruido con el tema en la época del neoliberalismo y la privatización de lo estatal. Historiador y autor de varios libros sanlorencistas, dos años después de haber presentado el Proyecto de Restitución Histórica, el mismo fue aprobado en la Legislatura con 49 votos a favor, y el 4 de abril pasado se terminó de acordar con la empresa la devolución del predio. "Muchos me decían 'vos estás loco, cómo vas a hacer para ganarle a una multinacional'", contó.
Ese paisaje de la avenida La Plata que pasa por Boedo cambia a medida que se adentra en las calles con adoquines coloniales, balcones con banderas, esquinas teñidas de color azul y rojo y alguna pintada dedicada a Huracán. "Los que somos de San Lorenzo estamos contentos, es la realidad", dice Silvana Ramírez mientras atiende su kiosco de Inclan y un vecino la saluda: "¿Cómo va, Cuerva?".
Para Silvana, los domingos que jugará el equipo serán una fiesta, y una alegría que se potenciará a mil revoluciones si ganan la Copa Libertadores. Pero a pesar de su fanatismo, una situación la merodea: "Mientras tengan cuidado que no se caigan las torres...".
Esas torres están ubicadas por Inclan, justo al lado del terreno de la futura cancha (o mejor dicho donde estaba el Viejo Gasómetro). Son tres moles de cemento grises que se levantan y observan a todo el barrio. Oscar Armando, que vive en uno de los departamentos hace seis años, se niega rotundamente a "vivir al lado de un estadio". "Acá el tema no es sólo la cancha, eh. El tema es si traen recitales. No sé si van aguantar los cimientos, ¿viste?", se preocupó y tomó al Monumental como ejemplo: "Fijate en River, a cinco cuadras a la redonda está todo rajado".
"Van a tener juicios permanentes y yo soy uno de los que se los va a hacer. El consorcio entero, eh. Ya lo hemos hablado", advirtió Oscar con voz elevada.
El polo opuesto a esa negación y futurología caótica es Eduardo Desiderio, que vive hace 34 años en el barrio. Sus ojos vieron cómo se desarmaba el Viejo Gasómetro y los tablones iban de mano en mano hasta quedar un espacio llano donde solamente soplaba el viento. "No me disgusta. Cuando vengan, a la zona la van a cuidar más. Puede ser ambicioso para el barrio, pero la duda siempre está".
Resnik sostiene que hay una negación de "saber de qué trata el proyecto" por parte de ese "grupo minoritario" de vecinos que se oponen a la vuelta. "Tenemos miles y miles de firmas de cuatro cuadras a la redonda", detalló y afirmó que Boedo va a cambiar su fisonomía. "Ahora es tierra de nadie después de las diez de la noche", comentó.
San Lorenzo tiene entre sus planes becar a todos los chicos menores de doce años que vivan en los tres edificios y en la zona para que puedan utilizar las futuras instalaciones. La inversión para un club cuyo pasivo aprobado fue de 167 millones de pesos y un activo de 90 (posee 800 mil pesos de superávit mensual), no será de 32 millones de dólares, según las primeras versiones, dado que aún se desconocen los números exactos.
Más allá del rechazo de los hinchas a Carrefour, la firma no se irá del predio. Estará a un costado y levantará una tienda de idénticas dimensiones pero en dos pisos financiada por el club y cuyo costo se estima en 30 millones de pesos. San Lorenzo ya abonó 15 millones y el próximo semestre dará el resto, según Resnik. La multinacional se comprometió a hacer un estacionamiento bajo tierra de gran capacidad para que el club lo utilice solamente los días de partido. Así, una vez terminada la construcción, podrá la institución arrancar a hacer tangible el sueño del Gasómetro.
Mediante esponsoreo de empresas de indumentaria deportiva, espectáculos y gaseosas se prevé juntar parte del dinero para la megaobra, que también utilizará la venta de palcos y plateas y la explotación del espacio comercial que la propia compañía ya tiene en vista. "Hay un proyección de casi 60 millones de pesos con la venta de metros cuadrados", explicó Res.
No llegará a inaugurarse para 2016, durante el bicentenario de la Independencia, pero podría estar concluida para los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018. Ese evento deportivo mundial puede ser utilizado por la institución como enlace con el Gobierno de la Ciudad, que se encuentra en plena etapa de licitaciones y adecuación de espacios destinados a los atletas, en especial el Parque Roca, en Villa Soldati, donde estará la Villa Olímpica, que será luego utilizada para viviendas.
El Nuevo Gasómetro no será trasladado porque la historia "es empezar de cero", por lo que podría ser el CENARD del sur. "A la ciudad le hace falta un estadio de atletismo", remarcó el integrante de la mesa chica. "Todo esto está pensado hacerlo sin ayuda del Estado o de la Ciudad, pero alguna mano va a tener que aparecer porque lo que viene es algo grande. Quizás exención en impuestos", confiaron en el club.
Sin embargo, desde el Ministerio de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que hace pocos días difundió imágenes de la futura de Villa Olímpica, afirmaron: "La reactivación de la zona sur es una política desde la administración Macri, que ha hecho varias cosas como el Same, la restauración de avenida Patricios o el museo de Arte Moderno. Pero en la actualidad no tenemos ningún proyecto para San Lorenzo, lo que por supuesto no quiere decir que no habrá".
El lema marketinero "Me verás volver", que apareció hasta en una camiseta de Susana Giménez, tendrá que cambiar el tiempo verbal. La entidad soñó con este momento, aunque ahora deberá realizar una inversión de millones para que sea concreto.
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