Talleres de Córdoba y su fútbol liquidaron a Central Córdoba

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El Tallarín jugó un primer tiempo de alto voltaje. Tocó la pelota con la velocidad de un Flipper, atacó con una intensidad incontrolable, contó con espacios por doquier para hacer daño en el área y no perdonó de entrada a un Central Córdoba atónito, desorientado y sin estar preparado para lo que le propuso el rival.

De madrugada pegó la T: a los tres minutos, Ramón Sosa, uno de los mejores de la cancha, metió un centro al corazón del área que Rodrigo Garro bajó para Francisco Pizzini. El ex Independiente entró como Pancho por su casa y la empujó con un zurdazo que dejó sin nada para hacer a Marcos Ledesma.

Diez minutos más tarde, a partir de un tiro de esquina, llegó el segundo gol. El cuero desfiló por toda el área chica a media altura hasta llegar al segundo palo, por donde entró el uruguayo Michael Santos para dar el pase a la red.

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Antes del descanso, los secuaces de Javier Gandolfi fueron a la carga por la goleada pero abusaron de confianza y no estuvieron a tono para la definición. Lo que le permitió al Ferroviario soñar con descontar.

Pero solo fue eso. Quedó en un sueño que nunca hizo realidad el equipo de Madelón, que en el segundo tiempo, aún teniendo la posibilidad porque Talleres lo perdonó de más, apenas intimidó.

El Tallarín, con otra buena exhibición colectiva y un ataque veloz, como el que mostró ante Boca, sumó su tercera victoria consecutiva y, con nueve puntos, empieza a codearse con los de arriba. Central Córdoba, todo lo contrario: aún no ganó ni marcó goles en esta Liga Profesional.