Hace cuarenta años el inolvidable Huracán de César Luis Menotti se consagraba campeón del torneo Metropolitano, dejando una huella imborrable, después de un derroche de fútbol y goles por todas las canchas.
Dice la historia que Huracán se consagró campeón por única vez en el profesionalismo el 16 de septiembre de 1973, cuando aún restaban dos fechas para el cierre. Pero quizás Huracán ya había salido campeón antes en la cancha de Central. Más precisamente, el 6 de mayo. Aquel 5-0 espectacular a Rosario Central en Arroyito que desató los aplausos y el reconocimiento de los propios hinchas canallas al fútbol del Globo, es muy probable que haya anticipado la conquista. El baile que le regaló aquel Huracán del Flaco Menotti a ese Central que dirigía el Viejo Carlos Timoteo Griguol durante la primera rueda del campeonato, simbolizó la reivindicación plena del fútbol espectáculo. "Ese equipo de Huracán salvó al fútbol argentino", comentó César Luis Menotti muchos años después. Para contextualizar el concepto del entrenador habría que recordar que la Selección había sido eliminado por Perú y quedó afuera del Mundial de México 1970, lo que provocó una crisis de valores e ideales. Se interpretaba, al igual que después del fracaso en Suecia 58, que era indispensable abrazar la retórica y el método del fútbol europeo, que en 1972 San Lorenzo expresó ganando el Metro y el Nacional conducido por el Toto Lorenzo.
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La aparición de Huracán, (convirtió 62 goles y le anotaron 30 en 32 partidos) alumbrado por un equipo de ataque espectacular que integraban Houseman, Brindisi, Avallay, Babington y Larrosa, renovó por completo la escena del fútbol nacional. No vendía lirismo Huracán. No promovía el toquecito. No jugaba livianito, como bastardean los cultores de la ignorancia. Jugaba muy bien Huracán. Con el Coco Basile bancando el fondo junto al Lobo Carrascosa, con Fatiga Russo equilibrando el medio y con un funcionamiento tan dinámico y preciso que le permitía crear juego en toda la cancha.
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Admirador confeso del fútbol brasileño y de aquel scracht que comandado por Pelé la rompió en México 70, Menotti encontró en Huracán la fiel representación del equipo de los sueños que se convirtió en realidad. Hoy, a 40 años de la consagración, Menotti sostiene que esa fue su mejor obra. Superior a la que lo inmortalizó como el técnico de Argentina 78. 'Jugaban de memoria', afirma el Flaco apelando a un lugar común. Pero en este caso, el lugar común trasciende largamente el marco de un comentario superficial. Huracán se construyó para jugar así. Para golear, gustar y ganar. Y para quedar en la historia como un faro que aún sigue iluminando.