El Papa Francisco llamó personalmente a los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por una patota de rugbiers a la salida de un boliche de Villa Gesell, para "solidarizarse por su pérdida".
Según indicaron fuentes allegadas al Sumo Pontífice a TN, se trató de un "diálogo privado" y no quisieron detallar el contenido, aunque trascendió que fue "un gesto y un mensaje del Papa para la sociedad, ante las situaciones de violencia que se viven en estos momentos en la Argentina y en el mundo".
Se supo que la familia del joven es muy creyente, al igual que Fernando, quien asistía al tradicional colegio católico Marianista, situado en el barrio porteño de Caballito.
El llamado llegó luego de que el sábado pasado sus padres, Silvino y Graciela, realizaran una misa "por el descanso eterno" de su hijo en la parroquia San Agustín, a la que acudió la novia del fallecido, familiares, amigos, vecinos y algunas personas autoconvocadas por la gravedad del crimen.
De acuerdo a lo señalado por sus allegados, Fernando era una persona "solidaria que amaba la vida". También participaba de un proyecto solidario en el que ayudaba a distintas escuelas humildes para mejorar las instalaciones.
Su madre explicó que la gente del voluntariado lo llamaba a él porque era una persona muy fuerte para afrontar situaciones difíciles.