Esa es la cifra que alcanzaron los ex conscriptos en menos de dos meses, ya sea por un paro cardíaco repentino, un ACV, cáncer o incluso el suicidio, decisión que también tomó en los últimos días el hijo de un veterano.

Ex combatientes de Malvinas advirtieron que en lo que va del año se produjeron 22 muertes de ex soldados y alertan que, de mantenerse esta proyección, la cifra superaría cómodamente los 100 en diciembre, motivo por el que responsabilizaron al gobierno nacional ante la falta de cumplimiento de la ley que establece que se realicen chequeos médicos y se brinde contención psicológica a aquellos que participaron del conflicto bélico en 1982.

Si bien no hay estadísticas oficiales sobre el fallecimiento de los veteranos, se estima que fueron más los que se suicidaron como consecuencia del estrés postraumático que los que murieron durante el combate en las islas (un total de 326, sin contar el hundimiento del crucero ARA General Belgrano).

Este fue el caso de Adrián Verón, quien el pasado 31 de marzo decidió quitarse la vida, presuntamente sumido en una fuerte depresión, producto del flagelo que siguen padeciendo aquellos que se vieron involucrados en la guerra.

El de Verón no es el único caso, pero pega más fuerte en los ex combatientes porque era además presidente del Centro de Veteranos de Guerra “Paiubre” de Corrientes, es decir que, tal como manifestó a DIARIO POPULAR Gustavo Pirich, presidente de la Asociación Combatientes de Malvinas por los Derechos Humanos (ACOMADEH), “no se trataba de un ex conscripto que vivía alejado de todo, como ocurre muchas veces”.

Tampoco fue el único suicidio vinculado a Malvinas en lo que va del año, ya que algo similar ocurrió hace unos días con el hijo de un veterano en Berazategui.

Y es que las secuelas de Malvinas no se quedaron en los soldados, sino que todavía se propagan a través de sus hijos, alcanzando una segunda generación de suicidios.

Esa muerte sería la 23ra. del año vinculada a la guerra. En total, dos personas se quitaron la vida y el resto ocurrió por causas naturales como un paro cardíaco repentino, un ACV o cáncer. Sin embargo, para Pirich, muchas de ellas también son consecuencias de lo vivido en las islas, con actividades vinculadas a la autodestrucción.

Al respecto, acotó: “Uno siempre está en el límite, por ejemplo una persona que va a 200 kilómetros por hora y ve una curva, pero no dobla, o los compañeros que tienen hipertensión y diabetes, que es un combo explosivo, pero siguen comiendo y bebiendo, el cáncer nos está diezmando, y creo que también tiene que ver con lo que uno se guarda, con la falta de contención, que sale por otro lado”.

“Es un proceso de autodestrucción, de implosión. No es que vuelven de la guerra y quieren terminar con el otro, como pasa en otros lados, sino que buscan terminar con ellos mismos”, explicó sobre el accionar de los ex conscriptos.

Las dificultades para construir una estadística oficial surgen de que, tal vez por vergüenza o dolor, “a veces los familiares le escapan al tema, no quieren decir que la persona se suicidó”.

Si bien aclaró que “no hay un número cierto”, Pirich recordó que “en 2012 (la ex presidenta) Cristina Fernández de Kirchner dio 439 como un número de referencia y para nosotros debe andar por ahí”. incluso podrían ser más. E insistió: “En este 2017 ya van 23, y no van ni dos meses completos. De continuar así, con esta progresión, llegaríamos a casi 170 muertos en todo el año. Esa cifra nos pone en alerta por lo que fue el 2014, cuando se contabilizaron 31 en todo el año”.

Sobre el caso particular de Verón, el titular de ACOMADEH resaltó que “no se trataba de un ex conscripto que vivía en una zona rural alejado de todo, como otros suicidios. Él era un militante, presidente de un centro de ex combatientes que participaba de marchas, lo conocíamos”.

Por eso, remató: “Lo sentimos como que esa bala pasa cerca. Él se preocupaba tanto de la gente que estaba desprovista de contención y pasa esto. Es como que te puede tocar a vos en cualquier momento”.

Contención

Para Pirich, la contención es clave para evitar la propagación de enfermedades, por lo que consideró que “el gran problema se da con los compañeros que no van al psicólogo o no se hacen chequeos”.

“La dificultad de expresar los sentimientos es una de las características del estrés postraumático. Algunos hemos logrado revertir esto y en muchos casos te salva. Hay mucha importancia del cerebro, de los sentimientos y la expresión en la propagación de las enfermedades. Lo que se reprime hace que las cosas que no salen por la boca salgan por otro lado”, detalló. En ese sentido, el ex combatiente valoró que “la familia es uno de los mayores factores de contención”, aunque también es importante el hecho de juntarse con otros ex conscriptos. “Los ex compañeros de las islas se acuerdan de las cosas que contás, tenemos como un código distinto que hace que nos podamos tratar mutuamente. Y saber que le pasa a uno cuando dice algo. Se abren más”, expresó.

Por último, en relación a la administración de Cambiemos, el ex combatiente expresó: “Consideramos que se está profundizando el proceso de desmalvinización. Mínimamente se había logrado que el gobierno ponga las Malvinas en un billete. Ahora, en las últimas negociaciones están cambiando el petróleo por la soberanía. Eso nos afecta muchísimo más que a cualquier persona, porque hemos puesto el pecho a las balas, hemos llevado nuestros muertos”. i

Un acampe en la Plaza de Mayo que cumple 9 años

Los ex soldados movilizados a bases militares en 1982, que no combatieron en la Guerra de Malvinas, pero reclaman ser reconocidos por el Estado como veteranos de ese conflicto, cumplieron ayer nueve años de acampe en la Plaza de Mayo.

“La Asociación Civil Campamento TOAS Plaza de Mayo cumple nueve años de lucha ininterrumpida en Plaza de Mayo por el reconocimiento como veteranos de guerra de todos aquellos que participamos del conflicto armado de 1982, afectados a la defensa de bases aéreas militares patagónicas desde donde se atacó a la flota británica”, recuerdan en un comunicado los soldados de TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur).

“Al no aplicar el plan de salud, hay omisión criminal”

A la hora de repartir responsabilidades, no existe ninguna duda. el abandono y la desidia hacia los ex combatientes es estatal y ya lleva más de 30 años. Así lo definió Gustavo Pirich, quien integró la compañía A del Regimiento de Infantería Mecanizada 7 de La Plata y participó, entre otros, de los combates en el cerro Wireless, en la isla Soledad, la última batalla antes de la rendición argentina.

“Lo que se tendría que haber hecho está perfectamente establecido en la Ley 23.109 que conseguimos en 1984. No hay nada que haya quedado flojo en ese verdadero plan de salud, pero nunca lo aplicaron. Ningún gobierno. Y se lo pedimos a todos”, se quejó Pirich.

Esa norma, que también abarca aspectos como Vivienda, Trabajo y Educación, se centra en la Salud. Establece que los héroes de Malvinas se sometan a una Junta de Reconocimiento Médico.

“Si la Junta dictaminare que el peticionante padece de secuelas psicofísicas derivadas de su participación en el conflicto, la fuerza en la que éste preste servicio deberá hacerse cargo de la atención médica y de todos los gastos que demande el completo restablecimiento del interesado”, indica el artículo 4º, que además dispone que el alta médica deberá ser convalidada por la misma Junta”.Por eso, el veterano señaló: “Nos dicen que ya pasaron 35 años, pero si consultás con médicos, psiquiatras y psicólogos te dicen que es algo que siempre está pasando, no es que ya está. Aún ahora, con lo preventivo se reduciría mucho el nivel de mortalidad”.

“Todo está en la responsabilidad del Estado, que debe convocar y dar todo lo que esté a su alcance para que se hagan ese chequeo, determinación de las patologías, seguimiento y tratamiento. Lo que ha el hecho el Estado es una omisión criminal”, apuntó.

En ese sentido, Pirich no dudó en declarar que “responsabilizamos al gobierno, como lo hacemos con cada gobierno, no solamente de la muerte de nuestros compañeros, sino también de las consecuencias que emanen de las medidas que decidamos tomar”.

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