En la medida judicial también le suspendieron la matrícula y le prohibieron acercarse al aeropuerto de Ezeiza. Además, le trabaron un embargo por $400 millones.

La azafata Daniela Carbone, acusada de haber sido protagonista de una amenaza de bomba a un avión de Aerolíneas Argentinas, fue procesada este martes con prisión preventiva por el juez federal Federico Villena. No obstante se informó que se le otorgará el arresto domiciliario y podrá retornar a su casa.

En la medida judicial también le suspendieron la matrícula y le prohibieron acercarse al aeropuerto de Ezeiza, al tiempo que le trabaron un embargo por $400 millones, señalaron fuentes judiciales.

Carbone está imputada por los delitos de "coacción agravada", "intimidación pública" y "entorpecimiento de servicio público", y en caso de ser hallada culpable de esos delitos, podría recibir una pena de hasta seis años de prisión.

La mujer, de 47 años, permanecía detenida en el calabozo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) de Ezeiza a la espera de su excarcelación.

Aerolíneas Argentinas tomó ayer la decisión de despedirla "con causa", luego de ser parte querellante en la causa que el juez Villena le sigue a la extripulante de cabina y dar por confirmada su participación en el episodio que le generó severos perjuicios económicos y reputacionales a la firma.

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Daniela Carbone se desempeñaba como azafata en la línea aérea de bandera y realizó una falsa amenaza de bomba. Archivo.

Daniela Carbone se desempeñaba como azafata en la línea aérea de bandera y realizó una falsa amenaza de bomba. Archivo.

De acuerdo a las fuentes, hay sobradas pruebas en el expediente derivadas de los peritajes técnicos realizados tanto a las antenas como a los teléfonos celulares, que demuestran que la azafata actuó con total conciencia del daño que estaba infringiendo, tanto a la empresa, como a los pasajeros y a sus propios compañeros.

"Actuó torpemente, no fue un acto de emoción violenta, lo planificó y ejecutó sabiendo perfectamente lo que hacía", detallaron las fuentes, y de ahí justifican la decisión judicial tomada.

ADEMÁS: Aerolíneas despidió a la azafata acusada de realizar una amenaza de bomba

Para la resolución, el juez Villena tuvo en cuenta también que se trata de una persona con 24 años de antigüedad en la empresa que, además, fue instructora de vuelo por más de 14 años, experta en seguridad aérea y que conocía todos y cada uno de los protocolos correspondientes para el caso de amenaza de bomba, porque ella misma capacitó al personal para ese tipo de situaciones.

En cuanto a la decisión de otorgarle la prisión domiciliaria, el magistrado tuvo en cuenta que no representa peligrosidad, que no cuenta con antecedentes y que por los lazos familiares no reviste peligro de fuga.

Al respecto, ya fue realizado el estudio socioambiental en el domicilio donde deberá permanecer detenida con una tobillera electrónica y su hija se ofreció de garante para que cumpla con lo resuelto.

Carbone había realizado la amenaza de bomba al vuelo AR1302, el 21 de mayo pasado, poco antes de que la aeronave despegara hacia Miami, a las 7.35 con 270 pasajeros a bordo, mediante un audio dirigido al comandante del vuelo, a otros tripulantes e incluso a personal de tierra de la compañía.

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Los pasajeros del vuelo con destino a Miami debieron ser evacuados para la inspección de la aeronave. Archivo.

Los pasajeros del vuelo con destino a Miami debieron ser evacuados para la inspección de la aeronave. Archivo.

"Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos", fue el mensaje que, con voz distorsionada, llegó a sus ahora excompañeros, lo que motivó de inmediato el despliegue del protocolo de seguridad por parte de la PSA.

El avión debió demorar por siete horas su partida, los pasajeros fueron desembarcados y recién pudieron concretar el vuelo cuando se determinó que todo no era más que una falsa alarma, pero debido al operativo y la demora, Aerolíneas perdió una cifra de alrededor de un millón de dólares.

Al tomar intervención el juez Villena y el fiscal Sergio Mola, se inició una investigación que estableció, en primer lugar, que la llamada se había realizado desde un celular que pertenecía a la hija de Carbone y a partir de ahí se fueron reuniendo pruebas "irrefutables", según confiaron fuentes judiciales, que derivaron en la detención de la mujer en el aeropuerto de Ezeiza, cuando retornaban, justamente desde Miami.

Posteriormente, se conoció que la mujer había realizado la llamada despechada porque su expareja, también tripulante de cabina, justo ese día viajaba en el avión a Miami, presumiblemente, junto a la que sería su nueva novia.

También se conoció por fuentes judiciales que, según figura en el expediente, había mantenido con su expareja, fuertes discusiones relacionadas con la separación.

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