La restauración del Edificio Del Molino comenzó en 2018 y a partir de ahora se ofrecerá la posibilidad de hacer visitas guiadas todos los martes, jueves y el último sábado de cada mes hasta fin de año, con el objetivo de mostrar los avances -un 80%- de su puesta en valor.
"Ya no tendremos aperturas circunstanciales, sino que de aquí en más -y por lo menos hasta fin de año- va a estar siempre abierto con esta modalidad de visitas con inscripción previa", dijo Ricardo Angelucci, el secretario administrativo de la Comisión Bicameral Administradora que en 2018 tomó a cargo las tareas de puesta en valor este Monumento Histórico Nacional que el próximo domingo cumplirá 107 años.
El público va a poder disfrutar de la "Experiencia Molino", la cual se basa en las visitas guiadas por el inmueble de Avenida Rivadavia y Callao, todos los martes y jueves a las 10 y a las 14, así como también el último sábado de cada mes a las 10 y a las 13, previa reserva a través de la web oficial www.delmolino.gob.ar.
Las inscripciones se reabrirán hacia finales de cada mes para una nueva tanda de estas visitas que permiten recorridos más personalizados junto a guías que forman parte del equipo de restauración, quienes están dispuestos a responder preguntas.
Además de los salones y la confitería, los visitantes pueden conocer ahora el subsuelo -donde se producían las tortas, dulces, masas y panes- y la azotea con vista a la propia cúpula y la del edificio del Congreso de la Nación.
Por otra parte, en cada nivel están en exposición objetos históricos que fueron encontrados por los arqueólogos urbanos o donados por la comunidad -como las máquinas amasadoras del primer subsuelo o la colección de delantales donados por una exempleada de la planta baja- así como fotos colocadas en el preciso lugar donde fueron tomadas cinco años atrás para admirar el antes y después.
Todo concluye con la posibilidad de saborear un café como lo hicieron decenas de miles de parroquianos durante los 81 años de funcionamiento de la confitería, hasta 1997.
En el día de hoy, el edificio Del Molino luce como en su etapa inaugural: con su cúpula de ocho vitrales, sus esculturas de leones alados, su remate aguja, su marquesina, su azotea de mirador privilegiado donde se instalará un "roof top bar" (bar de altura), sus ornamentos en mosaiquismo, molduras y aspas, un conjunto que muestra su mejor versión por las noches, cuando el vidrio se ilumina y las paletas comienzan a girar.
Inaugurado en 1916 bajo la dirección del afamado arquitecto italiano Francisco Gianotti (1881-1967), el edificio Del Molino -con sus 7.500 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos y tres subsuelos- fue expropiado en 2014 y transferido al Congreso de la Nación en virtud de una ley votada por este mismo cuerpo legislativo, en cuyo interior se creó la Comisión Bicameral Administradora del Edificio encargada de su restauración.
La Ley 27.009 dispuso que "el subsuelo y planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín", mientras que el resto del inmueble albergará "un museo dedicado a la historia de la confitería" y "un centro cultural a denominarse 'De las Aspas' dedicado a difundir y exhibir la obra de artistas jóvenes".
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