En 2009, Alicia Ramírez debió afrontar el asesinato de su hijo Martín. A partir de ahí, optó por dirigir su energía a generar la asociación Madres en Lucha, y ademas de trabajar en una feria de ropa de su barrio, acompaña a familiares de otras víctimas y desarrolla tareas solidarias

Ante uno de los dolores más fuertes que puede dar la vida, como es la partida de un hijo, y aún más en forma violenta, hay dos posibilidades: la de dejarse abatir por la tristeza de lo irreparable, o transformar ese dolor en un arma de lucha en homenaje a ese ser que nos abandonó muy temprano.

Para Alicia Ramirez, una mujer de 60 años que nació en Almirante Brown pero durante sus últimos 40 años vivió en el barrio Parque Barón, de Lomas de Zamora, la opción, luego del lógico duelo, fue la segunda, y por eso al poco tiempo se dedicó a pelear, a partir de su propia necesidad de conseguir justicia, y también, de adherir a la causa de otras familias que sufrieron casos similares.

Casada con Enrique, empleado del municipio de Lomas, Alicia tiene 10 hijos, de entre 21 y 38 años, y nueve nietos, de 3 a 14. Trabajó durante años en la empresa de cerámica Hartford, y cuando esta fábrica cerró, en los ‘90, consiguió entrar a Algodonera Llavallol, una empresa textil.

Pero desde hace dos décadas, Alicia también desarrolla tareas con un puesto en la feria de su barrio, donde se dedica a la venta de ropa, y si bien al comienzo iba todos los días, ahora solo lo hace los fines de semana y los feriados.

El resto del tiempo, Alicia lo dedica en gran parte a su participación en la asociación Madres en Lucha, cuyo objetivo es reunirse con madres que han perdido a sus hijos en circunstancias trágicas, pero además suele acompañar a otras mujeres a distintos Tribunales en los que se sustancian causas diversas.

Además, Alicia trocó en apuestas de vida su sufrimiento, y por eso, cuando llegan fechas especiales, como las fiestas de fin de año, o el Día del Niño, organiza festivales en la plaza del barrio (bautizada con el nombre de su hijo justamente) donde se reparten juguetes, alimentos, hay actividades lúdicas, sorteos y eventos musicales.

Para ella, "esta es una forma de cambiar tristeza por alegría, ante tantas carencias que existen hoy para la gente humilde, porque con la situación económica y social que vivimos, hay muchos chicos que lo pasan muy mal, y muchas familias también".

Alicia es la madre de Martín Aranda, un joven que un día antes de cumplir los 20 años, fue asesinado por dos personas que iban en moto, cerca de su casa, en un confuso episodio en el que la justicia tardó mucho en penalizar a los culpables, y por eso su lucha fue permanente.

Cuenta que "Martín era un gran hijo, él me acompañaba en mi trabajo de la feria, y se había recibido meses antes de fallecer en Administración de Empresas, tenía muchas ilusiones en comenzar a trabajar en lo suyo. Amaba la música, y el fútbol, y era hincha por partes iguales de River y Los Andes, además era muy trabajador, y de hacerse amigos siempre".

"Dicen - afirma Alicia- que yo soy peregrina de Tribunales, pero eso es porque uno busca justicia, y por eso desfilé tanto por Lomas, Retiro y hasta La Plata, ya que era la forma de averiguar por lo que había sufrido Martín".

Cuenta que "fue así que empecé a conocer a otras mamás, como Eugenia Vázquez, para unirnos en algo común. Es que todas sufrimos el mismo dolor, y somos madres que luchamos por lo nuestro, acompañamos a otros familiares y estamos en todo, desde el corazón hasta leer causas e investigar o golpear puertas".

Con respecto a Madres en Lucha, Alicia señala que "somos bastantes, de distintas zonas, y todas con el dolor en común de haber perdido un familiar. Defendemos la ley de víctimas, y en su momento estuvimos muy agradecidas por el Programa Antiimpunidad de la Nación, que se generó en el gobierno de Néstor Kirchner" , y siente que "si somos varios lo que defendemos una causa, todo se hace más fácil".

Un duro recuerdo de la muerte de su hijo

Conteniendo la angustia del recuerdo, Alicia explica lo ocurrido con su hijo: dice que "el día anterior a su cumple, el 31 de enero de 2009, Martín salió hacia la casa de un amigo para invitarlo a un festejo de su cumpleaños. Era Hernán Cabrera. Pero con tanta mala suerte que se cruzó con dos muchachos que salían en su moto de esa casa, donde habían tenido un problema con Cabrera".

Señala que "estaban en una moto, y pese a que había varios familiares en la puerta, el primero, según demostró la investigación, disparó y el tiro le pegó a Martín, que estaba de espaldas, fue a pocas cuadras de casa, y esto nos cambió la vida a todos".

Según Alicia, "el asesino tenía 11 causas por distintos delitos y había pertenecido al Ejército, y hasta tenía arresto domiciliario, el cual violó, tenía una hija y supimos que maltrataba a su mujer". Luego de largos meses de deambular por los distintos estratos de la Justicia, y tras acumular pruebas, "el asesino de Matías fue condenado a 22 años de prisión, mientras que al otro le dieron 5 años, y también tenía condenas por robo y venta de drogas. Ambos están en la Unidad 24 de Varela".

Una calle donde desde hace 5 años todo cobra vida

Con respecto a las actividades barriales, Alicia Ramirez comenta que "desde hace unos 5 años festejamos el Día del Niño, con apoyo del Municipio", y cuenta que "cortamos la calle Jacinto Benavente, entre Rossi y Schiaffino, y allí todo cobra vida. Este año hubo más de 200 personas, yo estoy en la organización a través de una asociación que llamamos Alejandro Martín Aranda, por mi hijo, y se realiza en la plazoleta Martín Aranda, que fue denominada así hace dos años, con apoyo del Concejo Deliberante".

Señala Alicia que "desde la intendencia siempre tuvimos apoyo, nos colocaron luces en la plaza y alrededor. Cuando llega esa jornada, hay títeres, payasos, grupos musicales, peloteros, donaciones y se reparte leche chocolatada, y una heladería cercana nos ofrece sus productos, también se sortean juguetes, mochilas y hasta guardapolvos, y con mi familia participamos todos".

Explica que "esto también lo hacemos en Reyes, el 8 de marzo, Día de la Mujer, el 8 de mayo, Día de la Violencia Institucional, y periódicamente surgen otras actividades recreativas. En total somos unas 50 o 60 familias que armamos estos eventos, viene la gente del barrio y se invita a integrantes del programa".

alicia hdv

La reflexión amarga de Alicia es que "ojalá haya un cambio en esta tendencia de violencia institucional, porque el apoyo del Estado bajó mucho, y cada vez son más las mamás que sufren la pérdida de hijos, y muchas veces no solo viene de la delincuencia sino del poder", por eso "si hubiera un cambio de gobierno desearíamos que las condiciones comiencen a ser distintas".

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