Hijo de un gran músico de tango, Aquiles Roggero ostenta una rica historia como pianista, arreglador y compositor. Fue concertista, integrante del grupo Pintura Fresca, autor de jingles, y hasta director y arreglador musical en el programa "Hola Susana"

En un rincón del amplio estudio del barrio de Colegiales, un piano de cola delata que allí se respira música en estado puro. En el otro extremo, el más modesto pero muy valioso piano vertical, herencia de familia, completa el cuadro de un amplio espacio donde conviven entre mesas, sillones y pequeñas esculturas, discos compactos, DVDs y elementos de grabación.

Allí tiene su bunker musical Aquiles Roggero (68), pianista, compositor, arreglador y acompañante de numerosos artistas y cantantes de distintos géneros populares, pero además, con una historia tan rica y diversa que incluye haber sido un joven concertista, formar parte del grupo Pintura Fresca, ser autor de numerosos jingles publicitarios, y durante cuatro años arreglador y animador musical del programa de Susana Giménez.

Hoy, dedicado con entusiasmo a desarrollar sus propios proyectos, Aquiles trabaja junto a su quinteto en propuestas más cercanas al tango, sin dejar de lado otros géneros. Y asegura que “en cierto modo voy cerrando un círculo en mi vida que tiene que ver con mi historia familiar”.

Hijo de Aquiles Domingo Roggero, compositor de tangos, violinista, arreglador y creador de obras como ‘Mimí Pinsón’ y ‘Adios maestro’, cuenta que “mi padre se crió y creció junto a otro grande del género, Osmar Maderna, en Pehuajó cuando esa ciudad bonaerense era un pueblito. Ambos estudiaron música y se vinieron juntos a Buenos Aires a abrirse un camino”.

Mientras Roggero se consagró con una gran trayectoria musical y autoral, y tocó entre otros con Miguel Caló, Maderna fue un compositor de hermosas obras como ‘Pequeña’ o ‘Lluvia de estrellas’, aunque murió muy joven.

Pero no sólo él heredó los genes musicales de su padre: su hermano menor Luis es un gran violinista, que se dedicó al género clásico, y desde hace muchos años es el primer concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional. Con orgullo, menciona que “después de seguir caminos distintos, con Luis nos dimos el gusto, hace unos 10 años, de grabar un disco llamado ‘Duo Roggero’, donde hacemos varios tangos en piano y violín”.

Gracias a su formación académica, a través de prestigiosos maestros, Aquiles llegó a ser un virtuoso pianista. Detalla que “de joven fui concertista, pero la exigencia de lo clásico no era fácil, y un día decidí cambiar totalmente”.

Su decisión produjo una conmoción familiar. Pero enseguida vino la oferta que cambió la historia. Por intermedio de un amigo de su padre se integró como tecladista al grupo Pintura Fresca, que hacia fines de los ‘60 venía pegando hits en el ámbito de esa mezcla entre el beat y el rock.

La banda hacía covers de temas en inglés y de inmediato llegaron las giras, los viajes y los shows en teatros y en TV. Llegaron a grabar cinco discos y hasta participaron en el film El Extraño de Pelo Largo. Admiradores de bandas como Los Gatos, Almendra, Manal y Arco Iris, se plantearon con el tiempo comenzar a cantar en castellano, pero el destino no se los permitió.

El 15 de septiembre de 1973, yendo a Coronda, en Santa Fe, el coche en el que viajaba toda la banda tiene un grave accidente y allí se trunca la vida de tres de sus integrantes: Andrés Guaita, Juan Corradi y Osvaldo Grippi. “Ibamos a un programa de radio, y solo nos salvamos Bocho Díaz Mórtola y yo. Fue algo muy duro que nos llevó mucho tiempo para recuperarnos no solo en lo físico sino en lo animico”.

Tras un tiempo de rehabilitación en muchos sentidos, y con el grupo disuelto, Aquiles decide volver a la música, como arreglador de muchos solistas, desde Valeria Lynch hasta Julia Zenko, y desde Raúl Porchetto a Víctor Heredia. Asií iniciaba una nueva etapa que le depararía otras sorpresas.

Aquél elogio de Mariano Mores

Gran admirador de todos los exponentes del rock en castellano, como de figuras de otros géneros, Aquiles se dio el gusto hace dos años de grabar su CD “Secretos Conocidos”, una excelente placa que reúne distintos estilos, desde tangos hasta folklore, jazz-fusión y una original versión de “Muchacha ojos de papel”. “Allí participan mi amigo León Gieco con ‘Alas de Tango’, Antonio Tarragó Ros, el querido Juanjo Domínguez, que nos dejó hace poco, Alambre González, Franco Luciani y Walter Ríos, entre muchos otros”.

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Y en relación con el CD ‘Duo Roggero’, también ostenta un gran orgullo a través de una anécdota: “yo venía manejando mi coche, y me llaman al celular. Me dicen: hola Aquiles, soy Mariano”. Yo respondo, “qué Mariano, tengo varios amigos de ese nombre”. Y tímidamente me responde: ‘Mariano Mores’. Enseguida paré el coche y lo saludé, ya que lo admiraba mucho. Y me dice: “sólo te molestaba un minuto para decirte que la versión que hicieron con tu hermano de Grisel es la más linda que escuché”.

"Fue uno de los mejores elogios que recibí”. En los últimos tiempos, Aquiles viajó mucho presentando su nueva música. El año pasado estuvo en el Festival Internacional de Tango de Granada, y en la Cumbre Mundial del Tango, que se hizo en Melilla, Africa, y hace poco más de un mes participó en el Festival de Baradero junto a su quinteto, con el que prepara un próximo disco.

Fue nada menos que el primer pianista de Susana Giménez

En 1987 la vida le tenía reservada a Aquiles una propuesta singular: un día lo llamó el productor Ovidio García que quería armar un programa de televisión con llamados telefónicos de la gente y concursos. “Yo le dije: pero eso no va a andar, con lo mal que funcionan las líneas va a fracasar. Y me respondió que él le tenía fe, y que aparte lo iba a conducir Susana Giménez, que ya era una figura importante y convocante, y me aclara: esto lo hizo en Italia Raffaella Carrá y fue un éxito”.

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Finalmente aceptó ser el director musical del ciclo. “Armamos una cortina con mi socio Luis Posse (ex integrante de Pintura Fresca y el mismo con el que impusieron jingles famosos como ‘Paty te quiero’) y por suerte tuve un feeling muy bueno con Susana, que solo se enojó un poco conmigo cuando luego de cuatro años, en 1991 le dije que me iba porque quería encarar otros proyectos”.

En esos años, Aquiles fue el verdadero hombre orquesta, que tocaba todo lo que hacía falta al piano, acompañado a veces por tres chicas coristas. “Siempre tuve una relación de respeto y cariño, aunque reconozco que no me gustaba mucho el apodo de ‘maestruli’ que ella me puso, pero lo acepté, incluso se lo siguió diciendo a Fernando Marzán y a Raul Parentella, mis sucesores, porque Susana es así, se le ocurre algo y te lo dice”.

Aquiles se ocupaba de las cortinas del programa, pero también de acompañar a cantantes invitados, desde Raúl Lavié y Horacio Guarany hasta Raphael y Julio Iglesias, pero apunta que “había que estar atento siempre, porque si alguien llamaba y decía que cumplía años yo tenía que tocar el feliz cumpleaños, o lo mismo de un casamiento, o el pedido de una canción”.

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