Ocurrió en Colorado, Estados Unidos. El virus del papiloma de Shope se transmite por parásitos como garrapatas y pulgas en los meses cálidos del verano.
Varios conejos silvestres de cola de algodón de llamativo aspecto, con protuberancias negras similares a tentáculos en sus cabezas, fueron vistos en reiteradas ocasiones en los alrededores de la ciudad de Fort Collins, Colorado, en Estados Unidos.
Las espeluznantes protrusiones de estos animales con malformaciones resultaron ser una manifestación del virus del papiloma de Shope (CRPV), que provoca el crecimiento de tumores en la cabeza de los animales o cerca de ella.
El Departamento de Parques y Vida Silvestre de Colorado instó a cualquier persona que vea a conejos infectados a mantenerse alejados y no tocarlos.
Susan Mansfield, una vecina de la zona, contó a 9News que recientemente vio un conejo con espinas o púas negras alrededor de la boca. "Pensé que moriría durante el invierno, pero no. Regresó al segundo año y veo que eso le creció", aseguró la mujer.
El virus del papiloma de Shope se transmite por parásitos como garrapatas y pulgas, que infectan con la enfermedad a sus víctimas a través de sus picaduras, precisa Pet MD.
"Normalmente, los conejos se infectan en los meses más cálidos del verano al ser picados por insectos como pulgas y garrapatas", explicó Kara Van Hoose, portavoz de Parques y Vida Silvestre de Colorado, citada por el portal local Coloradoan.
Colorado alberga tres especies diferentes de conejos de cola de algodón: el de montaña, el del desierto y el oriental. Estas especies se distinguen principalmente por su coloración y son difíciles de diferenciar en campo, excepto por su hábitat y ubicación geográfica. El virus puede afectar a conejos domésticos mantenidos en exteriores, donde la enfermedad tiende a ser más severa y requiere atención veterinaria.
Aunque la mayoría de los crecimientos son benignos, algunos pueden desarrollarse como carcinomas de células escamosas, un tipo de cáncer de piel potencialmente mortal si no se trata. En casos severos, los tumores pueden crecer lo suficiente como para interferir con la capacidad del animal de alimentarse, lo que eventualmente causa muerte por inanición.
La documentación científica de conejos con protuberancias córneas se remonta a siglos atrás, y estos casos reales alimentaron durante generaciones las leyendas del mítico “jackalope”, esa criatura folklórica descrita como un conejo con astas de antílope que capturó la imaginación popular estadounidense desde tiempos remotos.